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El presidente del PP, Mariano Rajoy, comenzó su intervención señalando que el conocido como Plan Ibarretxe «ni es una reforma, ni habla de autonomía, ni se acuerda de la Constitución», sino que es un proyecto que pretende «desmantelar toda la arquitectura» del Estado español, «volar fuera de la Constitución y evadirse de la tutela del Estado». Y es por ello por lo que «carece de viabilidad», dijo.

Pretender que tomemos en consideración algo que ya se ha determinado llevar a cabo en cualquier caso, sólo se puede calificar de desfachatez», apostilló Rajoy, quien dijo creer en el diálogo pero siempre «como instrumento para el acuerdo» para el que son precisas «buena fe, respeto a la ley y lealtad al interés general».

Rajoy afirmó que «los promotores» del Plan Ibarretxe «no buscan el diálogo, sino el acatamiento, no reclaman un debate, sino la claudicación» y añadió que «traen el certificado de defunción» de las normas de convivencia y «pretenden que pactemos el tipo de entierro».

Durante su intervención en el debate sobre la reforma estatutaria vasca, Rajoy subrayó que «se supone» que el Congreso debe aprobar el plan «pero ya se ha anunciado el propósito de convertirlo en hecho consumado y, nos guste o no nos guste, convocar un referéndum ilegal».