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El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, criticó ayer al PSOE y al PP por su rechazo a dialogar sobre el proyecto de reforma del Estatuto del País Vasco cuando se trata de una propuesta que «no se formula desde la violencia ni con armas en las manos».

Exhortó a todos los grupos «sin excepción» a mantener abierta cualquier vía de acuerdo «por sentido de responsabilidad» y a no situar los términos del debate «entre una España secesionista y una España unidad». A su juicio, el diálogo sería «el mejor instrumento para aproximar la ignorancia de lo diferente y un Estado plural basado en el reconocimiento de la singularidad y la especificidad del otro».

Duran Lleida, en su discurso ante el pleno de la Cámara Baja durante el debate sobre el Plan Ibarretxe, lamentó que quienes defendían que la negociación no era posible mientras persistiera el terrorismo de ETA se oponen ahora discutir lo aprobado por el Parlamento Vasco.

«Hoy hay ante nosotros una propuesta política que no se formula desde la violencia; que no se formula con armas en las manos; que nunca, quienes defienden esta propuesta política, han utilizado las armas, y también se dice que no al diálogo sobre esa propuesta», explicó el portavoz de CiU. El diputado catalán justificó el voto a favor de su grupo a la tramitación del proyecto de reforma estatutaria, aunque ésta fuera en su caso inconstitucional.

Duran añadió que la negativa a la tramitación del Plan Ibarretxe no contribuye a resolver el conflicto vasco e incumple la doctrina del Tribunal Constitucional, partidario, según él, de no imponer límites a la discusión, salvo los estrictamente formales. Reivindicó el derecho de Catalunya y del País Vasco a reformar sus estatutos al considerar que las circunstancias actuales son distintas a las existentes hace 25 años.

«No es que queramos más, es que necesitamos más», dijo Duran, quien, no obstante, distinguió los contenidos y el procedimiento de ambas reformas. La modificación de los estatutos no supone «cuestionar la integridad de España», según el secretario general de CiU, quien reclamó respeto para los que defienden una «identidad nacional» distinta a la de la mayoría de los españoles.