Arnaldo Otegi, ataviado con pantalones vaqueros y una camisa blanca, atiende a los periodistas tras salir de la cárcel de Martutene. Foto: JUAN HERRERO/EFE

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EFE-SAN SEBASTIÀN

El ex portavoz de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi reivindicó «el diálogo y la negociación» para resolver el «problema político» vasco, a su salida de la cárcel de Martutene de San Sebastián, que abandonó ayer por la mañana tras cumplir una condena de 15 meses por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Pasadas las 07.20 horas, Otegi salió del centro penitenciario donostiarra, donde le esperaban su mujer, su hijo, sus padres, la abogada Jone Goirizelaia, el histórico dirigente abertzale Tasio Erkizia, el ex secretario general de LAB Rafa Díez, y el que fuera responsable de las Gestoras Pro Amnistía Juan María Olano.

Unas 50 personas, entre las que también se encontraban otros miembros de Batasuna como Antón Morcillo, Iñaki Olalde, Rakel Peña y Josetxo Ibazeta, así como Arantxa Urkaregi (ANV), recibieron a Otegi entre aplausos y gritos a favor de la libertad de los presos vascos. Tras abrazar a sus allegados y amigos, el ex dirigente de Batasuna, ataviado con pantalones vaqueros y una camisa blanca, anunció que haría unas breves declaraciones sin admitir preguntas a los numerosos periodistas desplazados al lugar, en las que puso de relieve que «hace 15 meses» le llevaron a la prisión donostiarra y ya entonces, «como hace muchísimos años, por desgracia», había «un problema político de fondo sin resolver en este país».

Negociación

«Ese problema sigue siendo real, un problema que no se ha resuelto y yo considero personalmente que sólo se resolverá a través del diálogo y la negociación», de forma que Euskadi conozca «un escenario de paz y democracia que le permita decidir su futuro y, al mismo tiempo, dentro de ese proceso, se libere a todos los presos políticos vascos», ha señalado. Preguntado por sus proyectos a partir de ahora, contestó con un lacónico 'on verra' en francés (ya se verá). Otegi, además, dedicó sus primeras palabras a «todos los compañeros que se han quedado en la prisión en Martutene y en otras cárceles», a quienes ha mandado «un abrazo personalísimo», al igual que a «los centenares de familiares que hoy, ayer y mañana se desplazarán miles de kilómetros para ver a los suyos en las prisiones».

Los familiares de Otegi y dirigentes de la izquierda abertzale entonaron el 'Eusko Gudariak' (Himno del soldado vasco), tras lo cual abandonaron el exterior de la prisión rumbo a Elgoibar (Guipúzcoa), localidad natal y en la que reside el ex portavoz de Batasuna.