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A caballo entre otras barriadas de peso (Pere Garau, La Soledad, Nou Llevant...) la zona de Reyes Católicos, a la que da nombre la larga vía que une dos arterias principales y accesos a Palma como son las calles Manacor y Aragón, se convierte en un espacio que presenta un elevado nivel de población, cuyo perfil ha variado de manera ostensible a lo largo de la última década, alterando a su vez el paisaje comercial, en el que el cierre de establecimientos tradicionales contrasta con la aparición de otras áreas que ganan peso, como las peluquerías o tiendas especializadas en productos que demandan principalmente esos nuevos residentes de otros países y continentes.

Bien conectada a través de la línea 7 de la EMT, la presencia de operarios de Emaya y la limpieza en la zona de Reyes Católicos es algo que destacan los vecinos -unidos hasta hace un tiempo en una asociación que dejó de tener presencia-, que únicamente señalan el incivismo de algunos de los residentes como problema en ese campo.

Con el centro de salud de Pere Garau relativamente cerca y un poco más lejos el de Nou Llevant, la cobertura sanitaria está presente, de la misma manera que la educativa, con colegios como el Balmes o Sant Josep Obrer, reforzados por las infraestructuras de La Soledad, Son Gotleu, el Rafal o el Nou Llevant, en estos últimos casos en lo referente a institutos de enseñanza media.

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Inquietud

La tranquilidad tradicional se ha visto alterada por episodios puntuales, pero que han puesto en el centro de la noticia a Reyes Católicos. La okupación lleva presente años y ha experimentado un auge, apoyada en buena medida en obras o plantas bajas abandonadas tiempo atrás por sus moradores. El conocido como 'Edificio de los Horrores' es la muestra más exagerada, derivando en episodios de violencia que alteran la calma de la zona. Ruidos, violencia, insalubridad y otros problemas se concentran en buena medida en primera línea de la barriada y en ese punto exacto desde hace años, aunque otras casas y edificios próximos son también focos de una okupación extendida por todo el municipio.

Otro punto de actualidad que ha aterrizado en la barriada es el alquiler turístico vacacional. No extraña ver coches de alquiler aparcados por sus calles o a gente con maletas, especialmente en verano. Unas imágenes que pocos hubieran imaginado tiempo atrás en un área periférica de Palma, donde muchos comercios han bajado la persiana, sumándose a la imagen de plantas bajas y casas sin moradores que se extiende por la Soledad sur.

Algunas de ellas han pasado a la historia para dejar paso a obras y construcciones que cambiarán el paisaje de Reyes Católicos, calle que es eje de esa barriada que se extiende a lo largo de vías entrelazadas que desembocan en las zonas vecinas, con las que resulta complicado delimitar las fronteras físicas. De la vía principal y las perpendiculares y paralelas, donde unos pocos comercios y negocios resisten a duras penas para dar servicio a los vecinos, aunque la jubilación de sus propietarios parece poner fecha de caducidad a muchos de ellos, condenados a un destino que muchos ya han sentido antes en su propia piel.