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Los murers han conseguido una reivindicación histórica con el inicio de las obras de mejora de la carretera de acceso a Muro (PM-350), que también es una vía importante de comunicación para los vecinos de Can Picafort y Playa de Muro. Según las previsiones que maneja el departamento de carreteras del Consell, las obras estarán listas el verano de 2006.

El proyecto, que ha sido adjudicado a la UTE formada por Man y Melchor Mascaró, comprende la reforma integral de los seis primeros kilómetros entre la rotonda de son Catiu y el paso elevado sobre el ferrocarril. El presupuesto de la obra es de 4.400.000 euros y ha sido necesario expropiar a unos 62 propietarios de fincas. La calzada pasará de tener una amplitud de 6 metros a 10 y se crearán dos intersecciones para regular el tráfico en los accesos a la carretera de Llubí y sa Pobla.

Ayer la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar; el conseller de Obras Públicas del Consell, Antoni Pascual; y el director insular de carreteras, Gonzalo Aguiar, entre otros, se desplazaron hasta Muro para presentar el proyecto.

El Consell no prevé cortar el tráfico de esta carretera durante el transcurso de las obras. Asimismo, según indicaron los responsables de carreteras, el resultado final de la obra será parecido a la carretera de Llubí, que recientemente ha sido inaugurada.

El origen de esta carretera, que es una de las más peligrosas de la Isla, se remonta a un camino histórico que comunicaba Inca y Muro. Este camino antiguo se ha modificado a lo largo de los siglos hasta llegar a convertirse en la actual carretera y las únicas reformas que se han realizado en la vía se han concentrado en los tres kilómetros antes de llegar a Muro.