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Pollença se convirtió durante el domingo en el punto de encuentro de miles de personas que aprovecharon el buen tiempo para visitar una de las fires de tardor más antiguas de la Isla y que este año ha llegado a su vigésimo sexta edición. Aunque el Consistorio hizo público que este año la Fira sufriría un recorte presupuestario del 60 por ciento, éste no se hizo patente ni en el número ni en la calidad de los expositores, ya que contó con una amplia participación de asociaciones y cooperativas.

La XXVI Fira de Tardor se extendió por las principales calles del municipio. El público pudo disfrutar, entre otras cosas, de un mercado de ambientación payesa en la plaza Major, aunque el lugar más visitados de la jornada fue, sin ningún tipo de duda, la Mostra d'Artesania en el Convent de Sant Domingo. Una de las principales novedades de esta edición ha sido la incorporación de un ciclo de talleres artesanales, donde los propios maestros artesanos realizaron demostraciones y explicaron al público su metodología para elaborar productos tan típicos como gerricons o ximbombes.

Numerosas autoridades políticas visitaron Pollença durante la mañana de ayer. Entre ellas, la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol y los consellers Vincenç Thomàs y Gabriel Vicens.