La canalización del agua depurada hacia los hoteles de la Avinguda Tucà, la carretera de Artà y Pere Mas i Reus terminó de ejecutarse en 2010 con el objetivo de suministrar agua para el riego de los jardines y para las cisternas de los baños de aproximadamente 15.000 plantas hoteleras. | Elena Ballestero

TW
1

Construida en Alcúdia en 2010 con un coste de 1,5 millones de euros, la red de reutilización de agua depurada más ambiciosa de Mallorca nunca ha llegado a funcionar. El proyecto, pionero en la Isla, construyó una extensa red de tuberías para conectar la edar del municipio con la planta turística con la idea de utilizar el líquido para los sanitarios y el riego de jardines. Muchos hoteles confiaron en el modelo y adaptaron sus infraestructuras, pero el agua depurada jamás llegó a fluir por sus tuberías.

El problema radica en que no se tuvo en cuenta que las filtraciones de agua salada a la red de alcantarillado del municipio provocan que el líquido que llega a la depuradora tenga un alto nivel de salinidad. La terciaria depura el agua, pero no elimina la sal, de modo que por razones sanitarias y ambientales, el agua depurada no puede ser utilizada con los fines para los que se ideó el sistema.

El Ajuntament de Alcúdia ha pedido ahora al Govern que utilice parte de los fondos recaudados a través del Impost de Turisme Sostenible, para financiar los 800.000 euros necesarios para reformar el alcantarillado sanitario de la zona sur de Alcúdia con el objetivo de frenar la intrusión de agua de origen marino.

El proyecto de conexión de la planta hotelera de Alcúdia a la depuradora terciaria fue pionero en Mallorca hace nueve años. Tenía un coste total de 4,5 millones de euros de los que la primera fase (1,5 millones de euros) se financió a través de los fondos del Plan E. Se preveía suministrar el líquido a 15.000 plazas hoteleras reduciendo entre un 30 y un 50 % el consumo de agua en el municipio. La primera fase de las conexiones se completó en 2010 conectando la depuradora con los hoteles situados en la Avinguda Tucà, la carretera de Artà y Pere Mas i Reus. Debía comenzar a funcionar en junio de ese mismo año vendiendo el líquido a los hoteles a un precio muy competitivo (0,42 euros) pero nunca lo pudo hacer.