La reina Sofía aseguró anoche que le hace «mucha ilusión» que la segunda hija de los príncipes de Asturias, la infanta Sofía, lleve su mismo nombre, instantes después de abandonar la clínica Rúber donde conoció a su nueva nieta. Foto: ZIPI/EFE

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La infanta Sofía, segunda hija de los príncipe de Asturias, nació ayer en una clínica de Madrid por cesárea, pesó 3,310 kilogramos y midió 50 centímetros. Tanto ella como su madre se encuentran en perfecto estado. La Reina fue el primer miembro de la Familia Real, con la excepción de sus padres, Don Felipe y Doña Letizia, en conocer a su octavo nieto, que se llamará como ella, que ya es Infanta de España y tiene tratamiento de Alteza Real.

Doña Sofía acudió a la clínica directamente desde el aeropuerto de Barajas, a donde llegó después de las 21,15 horas procedente de Moscú, ciudad a la que viajó ayer para asistir al funeral por su gran amigo el violonchelista Mstislav Rostropóvich. Apenas cuatro horas después del nacimiento de la pequeña Sofía, Don Felipe, quien asistió al parto, compareció exultante ante los medios de comunicación e, inmediatamente después de agradecer al equipo médico su trabajo, dio a conocer uno de los secretos mejor guardados de este embarazo: el nombre de su segunda hija, Sofía.

Fue también en esa conferencia de prensa en la que el ginecólogo Luis Ignacio Recasens, quien encabezó el equipo médico que atendió el parto, informó de que la nueva Infanta nació después de que se practicase una cesárea a la madre y aseguró que tanto Doña Letizia como su hija se encontraban estupendamente.