Juan Santos realizando saltos limpios, con pirueta de 360 grados, en el Paseo Mallorca.

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Días atrás, con una temperatura insoportable, estaba Juan Santos haciendo una tanda de ejercicios a fin de mantener la forma. A pleno sol, con el termómetro a 34 grados.

Venezolano afincado en Mallorca, Juan es en sus horas libres bailarín callejero y cocinero de profesión. Empapado completamente, estuvo haciendo piruetas en el aire tras una breve carrera sobre el césped a la salida del párking del Passeig de Mallorca. «No queda más remedio… Incluso con el calor, hay que hacerlo», nos decía, entre salto y salto. Pero saltos con pirueta de 360 grados en el aire, cayendo de pie. Saltos limpios, que solo se consiguen a base de continuados entrenamientos.

Nos contó que en Madrid forma parte de un grupo de bailarines callejeros que se gana la vida bailando, ya que tras cada exhibición, a la que añaden otra de breack dance, pasan el sombrero. Y si trabajan durante todo el día –dice–, se pueden sacar cada uno unos 150 euros diarios. «Yo, cuando estoy en Madrid, no me dedico a eso cada día, ni el día que lo hago estoy todo el día, por lo que gano menos, pero me conformo. Aparte, te pones fuerte. Más que yendo al gimnasio, pues la calle fortalece más. Y como no tienes recursos, los inventas, lo cual también es bueno».

Ahora está en Mallorca, trabajando de cocinero en Camp de Mar. «Aquí he intentado hacer exhibiciones en la Plaça d’Espanya, pero como estoy solo, no es lo mismo».