El chiringuito se halla a pie de playa, entre las rocas y el acantilado. | Gabriel Alomar

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Entre los chiringuitos situados en zonas naturales destaca Can Lluc, en Cala Deià, todo un mito de la Serra de Tramuntana desde hace medio siglo. Aquí, a pie de la roca y ante una muy concurrida playa, se levanta la terraza de madera, construida con elementos naturales. Regentado por sus dueños, Francisca Morella y Jordi Oliver, ofrece pescado fresco por 18 euros, lo más solicitado junto con comida mallorquina propia del verano, como el trampó o el pa amb oli.

Desde la dorada o la lubina al zumo de naranja o la sangría de cava, por 16 o 22 euros según el tamaño, se puede elegir entre un amplio repertorio de platos y bebidas. Desde agua, lo más solicitado en verano por dos euros, a cerveza por 2,50. O los combinados, entre 6.50 y 8’40. «El ambiente ha cambiado mucho desde que abrimos, antes era más tranquilo, pero ahora tenemos muchos más clientes, hasta 200 al día, la mayoría turistas de paso.

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Es un turismo más de ensalada y patatas fritas. En fin de semana vienen más mallorquines», indica Jordi ante una terraza en domingo atestada y con cola para sentarse a la mesa. Eso después de la difícil tarea de aparcar en un parking saturado.

Características
Ubicación:
En el área de la Serra de Tramuntana
Antigüedad: Más de 50 años abierto
Servicios: Baños.
La especialidad es el pescado fresco
Abierto desde las 10.30 horas hasta las 19.00. De 12.30 a 17.30 el restaurante

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