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Una mujer fue asesinada este martes por su compañero sentimental en un coche en la barriada palmesana del Coll d’en Rabassa, en presencia de su hija de corta edad. La Policía Nacional ha detenido al homicida, sobre el que, al parecer, constaba una orden de alejamiento de su pareja por malos tratos. Ahora se trata de aclarar qué hacían los dos juntos en el mismo vehículo –que acabó estrellado tras las cuchilladas mortales– y por qué no se detectó esa circunstancia, ya que el sospechoso estaba calificado policialmente como de «riesgo medio». De hecho, en el mes de noviembre fue detenido por otro episodio de violencia de género. El último asesinato machista registrado en Mallorca ocurrió en mayo de 2021, cuando un hombre mató a su mujer de 28 años, que estaba embarazada, y después a su hijo de siete años. El caso todavía no ha sido juzgado y la Fiscalía pide para él, por primera vez en la historia en Baleares, la prisión permanente revisable.

¿Funcionó el protocolo?

Ahora, las autoridades deben determinar si hubo algún tipo de error en el protocolo de actuación, ya que no se detectó a tiempo que el acusado había incumplido la orden de alejamiento de su pareja y estaba con ella. Hace unos meses, un vecino de la Colònia de Sant Jordi mató a su suegra y tras el crimen se desveló que era un maltratador denunciado y que, pese a todo, seguía residiendo en la misma casa con la víctima y la madre de ella, a la que acabó matando.

Una lacra que no cesa.

En Baleares, las estadísticas son alarmantes y la lacra de los malos tratos contra las mujeres va en aumento, a pesar de todos los esfuerzos de la Administración, la Policía, la Guardia Civil y los juzgados. Una problemática como esta debe ser un asunto prioritario y todos los esfuerzos deben volcarse en proteger a las mujeres que están en riesgo.