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Las adicciones de conducta se están convirtiendo en uno de los principales problemas de la sociedad actual. Adictos a las compras, al trabajo, al deporte... Sin lugar a dudas, se trata de una cuestión muy importante y que tiene muy preocupados a los expertos.

Supongo que el vacío al que nos empuja esta sociedad de las prisas y de las apariencias está motivando que cada vez haya más personas que caigan en una adición con la finalidad de tapar los problemas reales: laborales, familiares, de autoestima.

Estos días son especialmente críticos para las adictos a las compras, ya que están sometidos a un bombardeo constante de mensajes que los impulsan a adquirir cosas que no necesitan. Realmente, todos lo estamos: a la campaña del Black Friday (que ya se prolonga durante todo el mes), le siguen la Navidad y las rebajas; pero es un no parar, porque luego vendrán San Valentín, Semana Santa, las bodas y comuniones... Es lo que tiene la sociedad del consumismo.

Con esto no pretendo criminalizar las compras, me encantan, pero en su justa medida. Todos los excesos son negativos. También lo es trabajar demasiado, entrenar demasiado, llevar una vida extremadamente sana...

En mi opinión, el problema de base se encuentra en que no dedicamos el tiempo que merece a lo verdaderamente importante: nuestra salud mental.

Afortunadamente, cada vez se empieza a tomar más consciencia de esta enfermedad, que afecta a una parte importante de la sociedad; pero aún queda mucho camino por recorrer.

Ojalá no se detenga este progreso y se destinen todos los recursos necesarios para que las personas con problemas de salud mental puedan solucionarlas. En un momento u otro de nuestras vidas, todos podemos padecerlos.