Hace treinta y tantos años, en un día como hoy, apenas cinco personas extendíamos nuestras toallas sobre la arena de la cala. Un bar a lo lejos con unas pocas personas, un bar que vivía de lo del día a día, muy familiar. Apenas ruido. Un día como hoy que se hizo de noche. Contábamos las líneas que comenzaban a cruzar el firmamento. Existirán los extraterrestres? Por ahí iban las charlas en un día como hoy hace muchos años. Hoy, con el trasiego de turistas que entran y salen del hotel, el bar y chiringuito con su música, etc. las conversaciones son banales…un todo apariencias sale de su descapotable, se planta como árbol en la arena, quizás como palmera, con más palmeras y a reír, a reír y más reír. Más grados y no de temperatura. La calita ya no es calita. Es otra discoteca al aire libre.
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