Lo que tienen que hacer es no dejar fumar en ninguna terraza y hacer una normativa única para todas las comunidade.Es una pena no poder ir a terrazas con niños y personas delicadas o simplemente porque molestan.
BURNENo las regalan es a cambio de un volumen de venta como un Canon y sino las retiran
PascalLa empresa que más dinero gasta en publicidad es coca cola. Coca cola es la bebido más vendida del mundo. pero nada, que sabrá ellos verdad? no engancha dice...
a menos de 200 metros... O sea que los menores que circulen por lugares alejados y que en su camino hallen un establecimiento de restauración, no les afectará la publicidad de las sillas y mesas del bar en cuestión?, por estar a mas de 200 metros..., ¡¡¡¡¡ Y quien ha sido el afortunado que ha medido la capacidad de nuestros menores a ser inducidos a beber alcohol? Absurdo tanto como poder fumar si estas levantado a un metro o dos de la mesa de tus amigos, y volverte a sentar al haber hechado las caladitas esas..., o sea que el humo sabe por donde circular si estas levantado..., anda ya¡¡¡ Y los menores van leyendo por todos los rincones las publicidades de uno u otro comercio, NO TIENEN OTRA COSA EN SUS INETRESES QUE LEER Y CREERSE LA PUBLICIDAD, ¡¡absurdo¡¡
La inquietud del bolsillo. La diferencia es que en vez de que os las regalen las casas comerciales, tendréis que pasar por caja. Y eso que la ministra no es de mi cuerda, pero me parece bien esa medida, cuanto menos propaganda mejor.
En todas las zonas públicas se debería de retirar. Nada de 200 metros en todas.
Independientemente del incremento del coste, retirar todo ese mobiliario, la mayor parte de plastico es una aberración. No se puede reciclar y a a ir a parar a la incineradora. Debemos ir muy bien en la agenda 2030 para poder tirar tanto plastico
llorón!!!! Si vais a seguir sableando a la gente
Racso CYo subo, si son de esas buenas de estrella galicia le doy 10 eur x mesa y 4 sillas. Necesito 3 mesas y 10/12 sillas. Y 2 sombrillas
Como si el menor, al ver la silla con la marca de una bebida alcohólica, no pudiera resistirse de entrar al bar para pedir una jarra o una copa y el camarero, raudo y veloz, se la sirviera así, por las buenas. Además de llamarnos idiotas a la población en general, el sinfín de medidas de índoles semejantes tiene el objetivo de que nos creamos que lo somos. Pobres jóvenes, cada vez más difícil aprender a decidir por sí mismos.