Podrian pedir ayudas los negocios que viven de la pesca recreativa, en especial los de la pesca submarina por la continua presión y acoso por parte de la administración. Más control y menos publicaciones a intereses específicos de un colectivo que usa en su profesión herramientas obsoletas de captura que no son selectivas.
De toda la vida los delfines vienen destrozando redes. Muchos años antes de que los pescadores más viejos en activo nacieran. Como en cualquier profesión, es un riesgo que hay que asumir cuando la eliges como medio de vida.
si hem de menjar peix engreixat amb pienso...preferesc menjar bledas sensa esquitxar amb veri....ja en menjaurèu voltros, especuladors amb accions a les multinacionals del pienso i del verí.
Dolfins. ¡¡Bon profit!! Jo també som dolfi, perque retir totes les reds y plastics que me trob dins mar.
Que les enseñen otro oficio o que construya una piscifactoría para darles trabajo y nosotros tener pescado y mientras, que les den algún tipo de ayuda para vivir. No consentiremos que hagan más daño a la naturaleza, ni tampoco a nuestros queridos delfines.
Esquilman el mar vendiendo a precio desorbitado, en mercadona venden gallo de san pedro de la lonja como morralla de lo pequeño que es y una vez me tope frente a la catedral a 200 metros una red. Es vergonzoso que una isla europea que vive del turismo no tenga un mar tan protegido como paises menos desarrollados del caribe. Y encima la culpa de los delfines que hipocresia malditos codiciosos
pues esta claro que enseñen las redes haber si son legales y que ellos demuestren que no persiguen a los delfines para robales la comida y si ellos tienen razon que recojan firmas para hacer un real decreto para meter a los delfines en la carcel
Claro los peces se acaban y ellos quieren comer.
Los propietarios de pistas de padel descubiertas y de piestas de tenis van a pedir ayudas públicas porque los días de lluvia no hacen tanta caja. Es el mismo ejemplo, ridículo, hay gastos inherentes a cada profesión con los que hay que apechugar, y como dice Nini ya lo repercuten en el precio que pagamos los consumidores finales.
Síntoma de que el mar se queda sin peces.