He asistido en toda mi vida una vez a dos partidos de infantiles y a tres de juveniles y lo tengo muy claro, no vuelvo a ver ni uno más y menos con mi hijo. Decir que sentí vergüenza ajena en prácticamente todos ellos son palabras que se quedan cortas. En uno de infantiles el árbitro abandonó el partido por tres mamás que estaban detrás de la portería desplegando un sutil vocabulario contra el árbitro, yendo la cosa in crescendo y como no, llegando a formar parte una buena parte de papás, todo esto y no lo olvidemos delante de chavales, finalmente se le convenció de que volviera a su labor y tanto damas como caballeros implicados fueron reubicados en otra zona del campo .En el último tuvieron que comparecer dos vehículos de la policía por la que se estaba liando allí, en este caso de ambos sexos, solo faltaba una abuela con el rodillo de amasar para darle a la situación un toque subrealista y a la vez vergonzoso.
Que pite el "valiente agresor" y me digan donde. Yo iré a ver el partido.