La clave de este problema sería: Con escritura, el dueño tiene un derecho inviolable sobre su propiedad, como lo consagra al principio nuestra Constitución Nacional, que se valida en pocos días. No puede alegar la justicia su propia torpeza o lentitud, así como sabemos los ciudadanos que no podemos alegar desconocimiento de la ley. El propietario usurpado o con un inmueble ocupado por un particular es víctima de un delito, que, por las penurias ya enumeradas que la justicia lo obliga a padecer, debería tener patrocinio jurídico gratuito y asistencia psicológica y médica: ser usurpado en Argentina enferma y mata. Eso evitaría caer en la actual situación, donde familias de bien quedan destrozadas y endeudadas, donde el delincuente goza de impunidad para seguir y ultrajando la propiedad que no le pertenece, mientras el legítimo dueño se desangra erogando gastos y honorarios en juicios que resultan ser sólo una renta para abogados, escríbanos, etc. No se trata de “cuestiones particula
Lo que no tiene explicación es que la mujer de 66 años no se vaya a un piso compartido como hice yo con ese mismo dinero, no tiene explicación lógica allanar un domicilio de manera violenta y eso que dice la señora es una cuestión de humanidad que vaya a los organismos oficiales a pedir como hice yo en su momento. Sino que vaya a un albergue social que también lo hice yo.