Hemos perdido a una gran persona. Joan, siempre estarás en nustros corazones.
Muchos de los que criticáis a los motoristas, deberíais haber venido hoy al funeral…Señor@s han muerto dos personas, un marido y su mujer, un padre y una madre. Mi más sincero pésame para Josep, quién ha aguantado con gran aplomo los cientos de personas que nos hemos acercado hoy a Llucmajor a despedirnos de Joan y Paquita. Un hijo se ha quedado sin sus padres, no critiquen sin conocer, no metan a todos los motoristas en el mismo saco. Joan era un gran piloto, daba gusto ir detrás suya por que trazaba las curvas de forma envidiable, una conducción muy limpia, sin excesos, sin temeridad. Lo que ha sucedido el domingo pasado es un desastre y se podría haber evitado, lo mínimo que pueden hacer es solidarizarse con los que conocían a esta gran pareja. Saludos en V.
Lo que mucha gente piensa de los moteros es fruto de la experiencia. Una cosa es lo que escriben cuando se produce un hecho de este tipo y otra la realidad que vivimos. Hace años que dejé de ir por la carretera de la serra porque siempre me encontraba moteros haciendo carreras (mirador de Ses Barques) poniendo en peligro a los que por allí circulábamos. ¿Se siguen haciendo?. Lo siento por todos. Ha sido un accidente de tráfico. Lo demás lo tiene que decir la Justicia, no los moteros.
Lo siento en el alma.Fuerza para Josep.Era la tutora de mi hijo.
Ante todo lamentar el fallecimiento de dos personas y apoyar en lo que se pueda y como se pueda a su familia, a los que les llega el duelo en las peores fechas. Mis condolencias y mi más sentido pésame. Y aunque lo importante es eso, que dos personas hayan perdido la vida, no puedo dejar pasar este incidente como un simple “accidente”. Y es que aunque lo sea, ya es demasiado latente el poco respeto que se tiene a las víctimas de accidentes de moto por parte de los medios de comunicación. Y es que sí, Gato, la culpa ha sido del coche, como en el 80% de casos en los que hay un coche y una moto involucrada en un accidente con víctimas mortales (el motero, obviamente). Y no es un dato a la ligera, es una estadística del RAC. Es alarmante que en un caso tan obvio se omita el señalar quién es el culpable, cuando en los sucesos en los que el culpable es el motorista se apuran a señalar las típicas coletillas de “gran cilindrada” y “circulaba a gran velocidad”. Es decir, que si hay un coche implicado es un “accidente” (mala suerte), pero si es el motorista el culpable (que normalmente es un accidente en solitario) es de recibo señalar que conducía con imprudencia… Como siempre en estos casos el tener la culpa no significa en absoluto que se haya hecho con intención. Faltaría más. Estoy seguro de que la persona que ha provocado esta fatalidad debe de tener una gran carga de conciencia, y seguro que lamenta como el que más lo sucedido. Y es que sí, es un accidente. Pero conviene señalar que la desatención a la hora de circular por parte de muchos conductores de coche es la que en un suspiro le puede robar la vida a alguien, como, probablemente, habrá sido este caso. Esa forma de conducir “solo en el mundo”, protegido por las cuatro paredes metálicas, olvidándose de que hay más gente alrededor, es la que muchas veces propicia estas situaciones. Y, ojo, no digo que sea el caso, porque nunca se puede presuponer cuál ha sido el motivo real, pero, obviamente, todo apunta a que se ha debido a un “despiste”. Lo que pasa es que ese “despiste” ha sesgado dos vidas, y eso es algo irremediable. Tanto perseguir la supuesta imprudencia de los moteros, y tanto atosigarlos en los medios de comunicación, demonizando siempre sus responsabilidades y actitudes y, al final, un simple “despiste” hace de parapeto perfecto para descargar la culpa de un coche. Pues no, no le veo yo la equidad a esto. Al menos se podría señalar que estas dos personas perdieron la vida no por ir en moto, no por ir “de carreras” o sin sentido común, sino por la imprudencia que supone no ir atento dentro de tu coche. Y es que, seamos claros, la carretera de S’Aranjassa no puede ser más recta. Hay pocas carreteras en las que un vehículo se vea a más distancia. Y una BMW 1600 GT es una moto con el haz de luz probablemente más potente que exista en el mundo de la moto, muy visible con luz diurna y mucho más a las 17:40, con el sol prácticamente oculto. Así que la explicación parece obvia… Así que sí, que somos unos locos y unos descerebrados, y todo lo que se nos quiera achacar... Pero con estos dos desafortunados moteros, ya son tres los que nos han dejado por “un despiste” de otro vehículo en el breve lapso de un mes. Un “despiste” que, al final, no es otra cosa que no estar a lo que estás. Y en la carretera esa desatención puede costar vidas. Vidas de gente como esta pareja, motoristas de mediana edad, con una moto de “señor”, que vivían su pasión y que han pagado el alto precio que impone esta sociedad “anti-moto” en la que parece que prima enseñar que los moteros son “malos” y que la velocidad es la culpable de todo, en vez de concienciar a la gente de que el respeto en la carretera (tanto de coches como de motos o camiones) es lo que verdaderamente importa. Y ese respeto pasa, ineludiblemente, por prestar atención y ser prudente, tanto por uno mismo como por los demás.
dencansen en paz...me pareze vergonzozo lo de algunos individuos por calificarlos de alguna manera que comentan en esta desgracia que a pasado,,,,sus opiniones absurdas e ilogicas si tener ni idea de nada...seguramente las personas de la caravana lo pasaran mal con su conciencia y su acto de irresponsabilidad,,ciclistas y moteros estan indefensos en la carretera el chasis es su cuerpo aver cuando se enteran los conductores de los demas vehiculos no vale el me vera y frenara por que yo tengo el vehiculo mas grande jugar con la vida de las personas en las carreteras no esta bien....y se bien de lo que hablo por desgracia.......
He llegado del homenaje que le hemos hecho ha estas dos grandes personas, solo me quedan pocas palabras que decir, despues de ver el sentimiento de todos los que hemos estado. SINCERAMENTE Y LO DIGO DE TODO CORAZÓN Y CON MAYUSCULAS. SOMOS EN EL MEJOR COLECTIVO siempre estamos donde tenemos que estar, llevando a nuestros amigos en el corazon. Descansar en Paz aqui en la Tierra habeis dejado a muchos amigos que os quieren, Josep, nunca estaras solo, un abrazo
Y si,Vanesa,hay locos que van en moto y locos al volante,Joan y Paquita tuvieron la mala suerte de encontrarse con uno de estos últimos y como bien se dice por aquí hay gente que cambia las armas por vehículos,que también matan como ha quedado bien demostrado,a Carlos decirle que resaca de la nochebuena no tengo porque para empezar no bebo y tampoco la célebre ya que entre otras cosas el día anterior un loco al volante mato a dos buenos amigos,la educación me importa bien poco en estos momentos y más con según que personas que circulan como sí la carretera fuera suya y actúan como sí las normas de circulación fueran para otros,vayan en coche,bicicleta o moto,hay de todo,el que no tiene ni respeto ni educación es usted que sin saberlo habla sobre sí la moto iba demasiado rápido y especula con la desgracia ajena,ellos por desgracia están muertos y no pueden contestar,el asesino de la caravana sigue vivito y coleando y puede defenderse,aunque no tenga defensa posible ya que el mismo confeso que vio venir la moto y...NO PARO !!!! No hay nada más que hablar ni que defender,dejemos a estas dos fantásticas personas a las que les robaron la vida descansar en paz y dejemos que su familia y sus amigos les lloren como se merecen,lo único que puedo añadir es que Joan a un conductor experto ,y muy prudent,sobre todo cuando iba con su mujer,se miré como se miré les han matado.
No lluis,es que estoy triste,muy triste e indignada porque conocía personalmente a los fallecidos,eran moteros expertos y prudentes y dos personas maravillosas,es una pérdida irreparable y ha sido un accidente perfectamente evitable,además el conductor asesino confeso que vio venir la moto,no cabe más discusion
Ya, ya… Una vez llegas de un funeral multitudinario, en el que la afluencia deja clara lo queridas y respetadas que eran estas personas, es bastante incómodo leer absurdas aseveraciones de gente incoherentemente ignorante y fervientemente idiota. Sí, claro, no hay que faltar al respeto, no… Pero llega un punto en el que harto de exponer las cosas con calma y buena letra, de explicar obviedades que a veces te extrañas de tener que exponer, de tratar de hacer entender cómo los que van en moto son personas iguales a las que juegan a la lotería o podan rosales, descubres que el problema básico es eso mismo, la base. La base en la que se cimienta el desarrollo intelectual del vulgo, una base arcillosa que se descascarilla y diluye, haciendo que detesten cosas a base de opiniones erigidas en sus resecos cerebros sin más conocimiento que el que les da Belén Esteban en su programa de divulgación favorito. Y es que no sólo no les basta argumentar sandeces repetitivas y sin trasfondo, no. Además se yerguen con la osadía propia de un lego en una loma de falsa erudición, tan endeble como farisea, enarbolando la espada de la “experiencia”. Yeah, man! Para el que necesite una definición, diré que “experiencia” se determina como “acontecimiento que se vive y del que se aprende algo”. Es decir, que este ilustrado, dice que debido a su experiencia ha dejado de circular por la Sierra, ya que sus vivencias, sus aventuras entre moteros que hacen carreras y que ponen en peligro a los que circulan por su feudo, le han llevado a la conclusión de que su vida corre peligro… Vale, vale… volvamos al punto de partida: “la experiencia es el cúmulo de acontecimientos que se viven y de los que se aprende algo”. Hay que hacer un inciso en esto, cuando se habla de “acontecimientos que se viven” no se da cabida a fantasías ni a utopías quiméricas. Los acontecimientos vividos deben de ser reales y palpables... Así pues pasemos a lo que realmente vale en este mundo lleno noticias, blogs y plataformas para que cualquier iletrado se atreva a escribir como si supiese lo que dice; los números, las estadísticas, los hechos… Según la Navaja de Ockham, lo que se llama “el principio de la parsimonia”, en igualdad de condiciones la explicación más sencilla suele ser la correcta. Es decir, que habiendo dos teorías que nos llevan al mismo resultado la menos intrincada suele ser la correcta. El resultado, en este caso, y aunque no me guste frivolizar sobre esto, y mucho menos en este momento, es el total de víctimas mortales en carretera en la Islas Baleares en lo que va de año. De ese total (100%) hay que extraer cuál es el porcentaje de víctimas mortales en coche por causa de un accidente en el que hay involucrada una moto, y en el que esta sea la responsable del mismo… ¿Adivinamos? Sí, un 0%. Un rosco. Un cero enorme y amplio. Ese porcentaje (cero, volvamos a recordar) se repite en el 2011, en el 2010, en el 2009… ¿es necesario seguir remontándonos? Porque podemos hacer números de, por ejemplo, los últimos 20 años. ¿Hace falta hacer cuentas de si hay o no víctimas mortales por imprudencia de un coche? Porque, lamentablemente, estamos escribiendo aquí a raíz de la muerte de dos personas por este motivo… y, lamentablemente también, no son las únicas de este año, en el que, al menos hay dos más. Y es que los que tenemos que tener miedo somos nosotros, los que vamos en moto. Tenemos que mirar por nosotros y por los demás, pues cualquier contratiempo nos puede salir caro. Sembrada está la historia de coches que invaden un carril, que se saltan un stop o que hacen un giro indebido con resultado de muerte para un motorista. Prácticamente desierta está la historia en ocupantes de coche que ha perecido por el impacto de algún kamikaze en moto. Sin embargo, a pesar de que los números pesan una barbaridad, la mala prensa y la desinformación, aderezada con multitud de indoctos, parlanchines y gallardos usuarios de la palabrería sensacionalista, paladines de la verborrea churretosa, llevan a esto, a que cualquier “listo” a hablar de sus fobias como si eso fuese algo que al mundo tuviese que afectarle. Yo tengo claustrofobia. Y no subo en ascensor. Pero no por ello voy por ahí pavoneándome orgulloso de una tara que sé que es tal. No le diré al resto de la humanidad, subido a una caja de madera y enarbolando un megáfono, que los ascensores son para locos y que nadie debería usarlos. Ese miedo irracional es eso, miedo irracional. Y como persona cabal sé que el defecto es mío. No estoy orgulloso, pero no lo puedo evitar. Tenerle miedo a las motos es lícito. Tenerles fobia es inevitable para algunos, imagino. Igual que tenérselo a las arañas, a las facturas del móvil o a los helados de pistacho. Cada uno con lo suyo. Pero hacer de esa fobia infundada, sin ningún apoyo tangible que la respalde, un motivo para llenarse la boca y cargar contra un colectivo de forma tan absurda, queriendo ser escuchado y tenido en cuenta… es un despropósito. Y es que seamos realistas. Tenerle miedo a una moto, hasta el punto de dejar circular por una carretera, es de idiotas. De alarmistas que, probablemente, estuvieron esperando la venida del día 21 de Diciembre en un sótano, rodeado de latas de alubias y mojama deshidratada. Antes de que una moto te pueda hacer daño te lo hará un camión o un autobús. Y antes, mucho antes, un “igual”, otro coche, será el que te agüe la fiesta… ¿cuántas víctimas mortales en coche hay por el impacto contra otro coche? ¿Vas tú, místico fervoroso del cataclismo Maya, a dejar de circular por todas las carreteras por las que circulen tus iguales? Es más, ¿vas a dejar de darte paseos a pie a sabiendas de que mueren más peatones por atropello que conductores de coche por impacto de moto? Los que tenemos verdaderas razones para temer a alguien somos nosotros, que, prueba palpable y lamentable lo acontecido el domingo, nos podemos encontrar con cualquier filibustero enlatado que decida por nosotros nuestro destino. Sí, Joan y Paquita, moteros ejemplares y respetuosos para con los demás, volvían a casa después de disfrutar con sus compañeros de la pasión que les unía. La misma que yo comparto. Ella, profesora durante muchísimos años, enseñó y educó a una multitud enorme de personas y ayudó a que medraran. ¿Qué gente más despiadada, eh? Ver truncadas dos vidas así y después tener que leer regurgitaciones como estas, en las que tu presunta experiencia brilla por su ausencia, en la que aflora el verdadero fantoche que hay detrás de un cobarde anonimato, da ganas de convertirnos en lo que todos los indoctos ponzoñosos como tú nos queréis convertir, en un verdadero colectivo de macarras americanizados que no duden en apartaros de nuestra vista a gorrazos. Es tal el asco que da la gente así, amargados que lo único que envidian es nuestra libertad y manera de entender la vida, algo que vosotros sois incapaces de ni siquiera empezar a entender, gente que se reconcome al ver a los demás disfrutar de lo que para ellos es simplemente un pasillo que les lleva de un pueblo a otro, que al final, lo mejor, es ni echaros cuenta. Nosotros seguiremos por aquí. Disfrutando y dejando que el viento nos azote. Y si tienes miedo, quédate en casa. Mejor. Cuanta menos gentuza nos encontremos más felices estaremos. La carretera es de todos, y nuestra como la del que más. Y la seguiremos frecuentando. Sin miedos, a pesar de que cualquier coche, en cualquier momento, pueda ajusticiarnos a su manera. Tú quédate en casa y acuérdate antes de acostarte de mirar bajo la cama por si hay “mostros”.