El letrado Miguel Feliu oculta su rostro a los periodistas, a su llegada a los juzgados de Vía Alemania. Foto: SERGE CASES.

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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
El magistrado tomó esta decisión tras valorar su arraigo en la Isla y problemas familiares relacionados con un hijo. Por contra, el comercial de la empresa Detursa, Patrick Duchemin, ingresó en prisión preventiva, mientras que su hija Julie quedó en libertad con cargos. La jornada judicial fue maratoniana y se inició sobre las 09.00 horas, con la llegada a los juzgados de Vía Alemania de los tres detenidos.

Todos ellos comparecían ante el juez para dar explicaciones sobre la supuesta doble venta de unos 14 solares de Cala Llamp a través de la sociedad Detursa, en un negocio que podría haber arrojado unos beneficios cercanos al millón de euros. La historia de esta sociedad es un tanto compleja y su recorrido histórico hizo sospechar a los investigadores. Detursa se constituyó hace décadas por parte del padre de Miguel Feliu, José Feliu, y su objeto era la compra de los terrenos de Cala Llamp para construir una urbanización.

La finca original se segregó en pequeñas parcelas que se fueron vendiendo a particulares, la mayoría de ellos extranjeros. Hace pocos años, la sociedad se traspasó a un empresario francés, que curiosamente constituyó su sede social en un bar de las Avenidas de Palma. Este mismo empresario fue el que aconsejó a Patrick Duchemin, comercial de Detursa, que acudiese al bufete Feliu para tramitar nuevas ventas de solares.