Tolo Sbert y Tolo Cursach, conducidos al vehículo policial. | Alejandro Sepúlveda

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El juez Manuel Penalva ha denegado la libertad a Tolo Sbert para que no amenace a los testigos de la causa. El magistrado explica que así se minimiza el riesgo de que se oculten o destruyan pruebas. Y sobre todo, para que no presione ni atemorice a los testigos que han declarado en este proceso. Incluso a los que puedan hacerlo en un futuro. Penalva recoge en su auto que muchos de los testigos ya han exteriorizado su temor a represalias por parte de la organización investigada.

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El juez de Instrucción número 12 de Palma, Manuel Penalva, recuerda que la investigación ha revelado que la presunta organización «ha recurrido desde antaño a la coacción, la amenaza, la intimidación y el uso de una amplia red de influencias para la consecución de sus fines delictivos».

El magistrado recuerda que Tolo Cursach y Tolo Sbert, encarcelados desde principios del pasado marzo, «controlan con inusitada facilidad y eficacia diversos estamentos, instituciones, organismos, políticos y policías que se pliegan dócilmente a sus intereses». El auto refleja que se han registrado más de 50 actos distintos de intimidación o coacción contra testigos.