El miércoles los tres detenidos pasaron a disposición judicial en Manacor. | Alejandro Sepúlveda

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Los tres implicados en el asalto al chalet de Porreres, que acabó en tragedia cuando el jubilado Pau Rigo disparó y mató de un tiro a uno de los atracadores, han reconocido que planificaron de forma minuciosa el ‘golpe’ y que durante diez días sometieron a vigilancia la casa de los ancianos, para conocer todos sus movimientos. Era la segunda vez que la banda regresaba a esa vivienda, después de que en el puente de la Constitución, en diciembre, entraran, redujeran a Pau Rigo y su esposa Apol·lònia Mestre y se llevaran unos 30.000 euros.

En esa ocasión, los autores fueron el colombiano Freddy Escobar, José Antonio S.L. alias ‘Pep Merda’, Marcos R.V. y un magrebí que no ha sido identificado. En el segundo asalto, el del sábado pasado, participaron los tres primeros y el hermano gemelo de Freddy, Mauricio, que falleció por el disparo. «Quedamos Pepe y yo en la Colònia de Sant Jordi con Freddy, en un párking que hay llegando al Hotel Coto a la izquierda. Fuimos en mi coche, el Polo blanco de mi hijo. Allí vino solamente Freddy y se sentó en la parte derecha del coche. Dentro hablamos de hacer esto y se puso fecha. Se quedó para el día siguiente», ha confesado Marcos R.V., en su declaración. José Antonio S.L., por su parte, reconoció que conocía el chalet de Porreres y al matrimonio, y aseguró que el propietario le debía una comisión por un supuesto negocio inmobiliario. Los dos mallorquines, vecinos de Campos, han coincidido en que tenían miedo de Freddy, por su carácter violento y su físico imponente. Lo conocían porque ambos le compraban marihuana.

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El encarcelado que hizo de chófer en el asalto, Marcos R.V., también aseguró en su confesión que Freddy, tras la muerte de su hermano, le apremió para que le comprara un billete de avión porque quería huir de Mallorca. Pau Rigo continúa ingresado en el hospital, con graves lesiones en el rostro y una vértebra rota debido a la paliza que le propinó el colombiano ahora encarcelado. Freddy sostiene que le golpeó tras el disparo contra su hermano Mauricio, pero el matrimonio sostiene que antes del tiro ya fueron maltratados. A Apol·lònia la lanzaron al suelo y le asestaron una patada en la espalda. Y a él le zarandearon, amenazaron y finalmente le golpearon.

El jubilado todavía no ha prestado declaración ante la Guardia Civil porque su estado de salud es delicado. Con todo, ha trascendido que el hombre tiene algunas lagunas en sus recuerdos de esa mañana del sábado 24 de febrero debido a los golpes que recibió en la cabeza.