Cristina estaba terminando de limpiar el bar en el que trabaja cuando sucedieron los hechos. | Isaac Hernández Rubio

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Era ya la hora de cerrar el negocio cuando los trabajadores de la cafetería Ca'n Arias del Coll d'en Rabassa se vieron sorprendidos por lo que acababa de suceder. «Estaba fregando, terminando ya para cerrar, cuando comenzamos a ver bastante policía», explica Cristina, camarera del bar donde los agentes dieron alcance al asesino, que huyó del lugar del crimen y que «iba muy tranquilo, como si la cosa no fuera con él».

La mujer ha explicado este miércoles cómo vivieron aquellos momentos tan intensos y de incertidumbre total. «Vimos que cuando lo detuvieron los policías buscaban algo debajo de los coches y en las papeleras. Al principio pensamos que buscaban droga, ya que es lo primero que suele pensar uno, pero luego ya vinieron varios clientes a decirnos que había habido un accidente y que un hombre se había dado a la fuga», recuerda la testigo.

Esquina en la que se produjo la detención del hombre.

La tranquilidad con la que iba George Virgilu Teianu, el autor de los hechos, sorprendió a los allí presentes. «Llegué a pensar que se equivocaron de persona, porque iba con mucha calma, parecía que la cosa no iba con él», relata Cristina que se ha mostrado impactada ante lo ocurrido.

En el barrio palmesano del Coll d'en Rabassa el asesinato que ha vuelto a sobrecoger a la sociedad mallorquina ha sido tema de conversación durante toda la jornada. Los vecinos iban comentando este nuevo episodio de violencia machista, que les ha dejado totalmente conmocionados. «La noticia es muy impactante», ha concluido la trabajadora tras ser testigo del final de la huida del asesino, que a primera hora de la tarde del martes apuñaló en repetidas ocasiones a su pareja mientras circulaban en el coche con su hija de dos años en el interior del vehículo.