Benedicto XVI impartió desde el balcón del Vaticano la bendición 'Urbi et Orbi'. | Efe - MAURIZIO BRAMBATTI

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JUAN LARA-ROMA
«Santidad, no está sólo, los fieles no se dejan impresionar por las habladurías del momento», afirmó ayer el cardenal Angelo Sodano al dirigirse al Papa durante la Misa de Resurrección, en la que le expresó el apoyo de la Iglesia ante los ataques que recibe por los casos de pederastia.
El cardenal decano rompió el estricto protocolo de la Iglesia, lo que demuestra la gravedad del momento, y ante varias decenas de miles de fieles, abrió la misa con un mensaje de solidaridad a Benedicto XVI, que presentaba aspecto cansado, que algunos observadores vaticanos consideraron de tristeza.
«Hoy toda la Iglesia desea decirle, a coro, felices Pascuas, amado Santo Padre. La Iglesia está con usted, con usted están los cardenales, colaboradores, los obispos de las 3.000 circunscripciones y los 400.000 sacerdotes que sirven generosamente al pueblo de Dios en las parroquias, las escuelas, los hospitales y en las misiones», afirmó Sodano.
Y con voz fuerte, el decano de los cardenales agregó: «Y con usted está el pueblo de Dios, que no se deja impresionar por las «murmuraciones del momento».
Sodano recordó las palabras pronunciadas por el Papa el pasado Jueves Santo al citar a San Pedro: «Jesús, insultado, no respondió a los insultos».
Fue la única alusión a los escándalos de curas pederastas en numerosos países, que han llegado a salpicar al Papa, al que asociaciones de víctimas y algunos medios de comunicación acusan de haber ocultados casos en EEUU y Alemania y haberlos gestionado mal cuando era cardenal prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio, sucesor de la Inquisición).
En ningún momento de la Semana Santa Benedicto XVI se ha referido a esos casos y ha dejado a cardenales, obispos y medios de la Santa Sede ocuparse.
Ayer, en el Mensaje Pascual dijo que la humanidad necesita no sólo retoques, sino una conversión espiritual y moral para salir de la crisis profunda en la que está y pidió a las naciones que la actividad económica se rija «finalmente» por criterios de verdad, de justicia y de ayuda fraterna».
En una mañana lluviosa, fría y desapacible, el Papa impartió la bendición «Urbi et Orbi» (a la ciudad de Roma y a todo el mundo) en 65 idiomas, entre ellos el español, portugués y guaraní.
«Os deseo a todos una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo Resucitado», dijo en español.