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La primera novela de Pere Antoni Pons (Campanet, 1980) se titula La felicitat dels dies tristos (Editorial Empúries) y obtuvo el último premio Documenta para escritores menores de 35 años. «Quería contar una historia de amor que acaba bien, acabando mal», comentó el autor, quien la definió como «novela iniciática en el mundo adulto sobre la sumisión a las complejidades de la vida».
El protagonista, un mallorquín que estudia en Barcelona, se enfrenta al rechazo de la persona que ama y encontrará aspectos importantes de la propia existencia. «Me interesaba mostrar cómo es la vida a los 20 años y el desbordamiento que se produce a esa edad porque aún no estás acabado», dijo Pons. La historia incluye «un doble plano con las dudas existenciales de personajes de 50 años».
El mallorquín aclaró que «procedo de la poesía y he tenido que luchar para conseguir narrativizar el argumento, aunque me ha quedado con un cierto aire lírico». Sobre el estilo, el escritor mantuvo que «combino los juegos de palabras con otros momentos de prosa más funcional porque la vida es eso, tiene momentos prosaicos y otros en los que toma nuevas direcciones», y afirmó que «no puedo permitirme el no ser versátil».
«El sentido de la cultura y de la literatura es encontrar las claves de la vida», expuso Pons, que en La felicitat dels dies tristos confirma que «hasta en los momentos más difíciles hay siempre una manera de encontrar la salida». De su primera experiencia como novelista después de haber publicado tres libros de poemas, dos conversaciones con escritores, ensayos y un libro entrevista, aseguró que «la novela es el género más difícil por cuestiones de extensión y dedicación».
De la faceta de crítico literario, el autor desveló que «me afecta en sentido positivo porque te obliga a un ejercicio mental extraordinario que es el análisis de una obra y la síntesis en una buena prosa».