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El cuerpo sin vida en avanzado estado de descomposición que apareció el sábado entre las ruinas de la antigua prisión militar de Illetes es el de un toxicómano de Calvià, según ha concluido la Policía Judicial de la Guardia Civil, que ya ha identificado los restos.
Lo más llamativo del caso es que nadie, en los más o menos dos meses que llevaba el cadáver en aquellas instalaciones, ha interpuesto una denuncia por la desaparición del toxicómano, que contaba con antecedentes policiales. En este sentido, las fuentes consultadas indicaron que se trataba de un varón de unos 35 años, de nacionalidad española, «bastante desarraigado».
La víctima mortal fue descubierta el sábado, a media mañana, por una pareja que se adentró en la antigua prisión militar de Illetes, que en la actualidad está tapiada y vallada. En la antigua residencia del jefe de la cárcel detectaron un fuerte hedor y después localizaron un bulto sospechoso, cubierto por mantas, en la parte baja del torreón de la vivienda. Fue entonces cuando, alarmados, los jóvenes dieron aviso a la Guardia Civil.
Cuando los agentes destaparon las mantas, junto a restos de comida y ropa, se encontraron un cadáver en avanzado estado de descomposición, devorado por las ratas. La primera inspección ocular no detectó señales de violencia, pero hoy por la mañana está previsto que se le practique la autopsia. La Benemérita cree que la víctima pernoctaba en la antigua prisión y que murió aproximadamente en el mes de febrero, por una supuesta sobredosis.