Aritz Aduriz, en imagen de archivo | T. MONSERRAT

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El Mallorca ha decidido abrir un expediente disciplinario a los futbolistas Aritz Aduriz y Alhassane Keita tras el incidente protagonizado por ambos en los minutos finales del último encuentro de Liga ante el Málaga en el Ono Estadi, que finalizó con empate 1-1.

Aduriz y Keita «serán sancionados conforme a lo recogido en el régimen interno del club y así se les comunicará en tiempo y forma en el ámbito privado», según el comunicado oficial de la entidad balear.

Ambos futbolistas han querido pedir hoy disculpas a la afición tras haber hecho lo propio ante sus compañeros.

Aduriz ha afirmado que pide «disculpas a todo el mallorquinismo y a quien haya podido ofenderse, es un comportamiento fuera de lugar».

«He pedido perdón a Keita, y a todos los compañeros. Estoy seguro de que esto no volverá a pasar, porque no es reflejo de mi relación con Keita ni de lo que es esta plantilla, fue un hecho aislado fruto de los nervios», ha señalado el delantero vasco.

Por su parte, Keita también pide disculpas a la afición y a sus compañeros.

«Quiero decir que fue producto de los nervios de un final de partido muy tenso. Todos queremos ganar, estábamos nerviosos. No tengo ningún problema con Aritz, es mi compañero. Fue algo que pasó, he hablado con él y está todo aclarado. Ahora miramos todos a Bilbao, pido que todo el mundo nos apoye en nuestro objetivo de conseguir clasificarnos para la Champions», ha explicado el delantero guineano.

El Mallorca, por su parte, «lamenta el daño que este incidente haya podido ocasionar a la imagen del club en el firme convencimiento de que ni se repetirá ni apartará la atención de todo el mallorquinismo de los importante objetivos deportivos del club», según el comunicado.

Aduriz y Keita intercambiaron golpes e insultos cuando el primero recriminó a su compañero que no pasara el balón en una jugada cerca del área del Málaga.

Como Aduriz persistió en sus quejas, acompañadas de gestos ostensibles, Keita se le encaró, y sus propios compañeros tuvieron que separarles.

El técnico Gregorio Manzano y el resto de integrantes de la plantilla había lamentado el penoso incidente nada más finalizar el partido.