Imagen de una de las habitaciones del Centro de Integración Social, abierto en Palma en 2008. | Pere Bota

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Los centros de reinserción de menores de Es Pinaret y Es Fusteret no dan para más, en los últimos tiempos su capacidad se ha visto desbordada por el gran aumento de los ingresos de chicos y chicas condenados por los jueces a medidas privativas de libertad.
Y es que Mallorca no es una excepción a lo que está ocurriendo a nivel general en todas las comunidades: el incremento de jóvenes, menores de edad, que cometen delitos o infracciones de mayor o menor gravedad y acaban ante un juez para que les aplique medidas correctivas.
En la mayoría de los casos las medidas no suponen privación de libertad, así fue para 950 chicos y chicas de entre 14 y 18 años durante el pasado año en Balears, que entre todos sumaron 1.200 medidas. Pero en otros supuestos el juez sí ordena que se tome una medida de privación de libertad para el menor, y éstos se han incrementado de forma alarmante en los últimos años.
Grados
En 2006 se tomó alguna de estas medidas privativas para 99 jóvenes en las Islas, en 2008 ya fueron 151 y el año pasado la privación de libertad, en alguno de sus grados, se aplicó a 181 jóvenes, que entre todos sumaron 294 medidas. Es decir, que en tres años este tipo de condenas judiciales ha aumentado un 82%.
La privación de la libertad puede tener varios grados, la más impactante para el menor es la absoluta, de internamiento total en un centro. Pero también existen las medidas de internamientos en régimen semiabierto (la más frecuente), abierto o de carácter terapéutico.
Las medidas privativas que más se han incrementado han sido las de régimen semiabierto, aplicadas a un perfil tipo: un joven que no ha cometido ningún gran delito, pero que sí reincide en actuaciones que requieren una medida correctiva, como, por ejemplo, pequeños robos.
Ante esta realidad, la Conselleria d'Afers Socials ha puesto manos a la obra para dar una respuesta al problema y además de contratar nuevos educadores, ha abierto nuevos espacios «en los que los chavales puedan cumplir las medidas privativas», explicó la consellera Josefina Santiago. Los dos centros de menores -Es Pinaret (dirigido sobre todo a menores con medidas cerradas y semiabiertas) y Es Fusteret (para jóvenes con medidas semiabiertas y abiertas)- han visto superada su capacidad y por eso se han creado dos nuevos espacios.
El primero es el CIS (Centro de Integración Social) que se abrió a finales de 2008 y que acoge a ocho menores que ya están en régimen abierto, a punto de cumplir su medida, y otro es una casa adaptada que se acaba de estrenar, con doce plazas, para el mismo tipo de casos, jóvenes condenados a un régimen abierto o que han alcanzado éste después de un tiempo.
De esta forma se ha logrado desahogar los centros de Es Fusteret y Es Pinaret, que aunque tienen capacidad, entre los dos, para 54 menores, en los últimos meses tenían una media de ocupación de 69 jóvenes.
Del total de menores ingresados el 75% son varones y un 25%, mujeres. La mayoría tienen 16 o 17 años. Como curiosidad, la consellera apuntó que por primera vez en 2009 había más chicas que chicos en régimen cerrado.