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Volvió a llover y volvieron a salir a la luz las numerosas deficiencias de proyecto y de construcción del colegio de educación infantil y primaria Miquel Duran i Saurina, estrenado hace sólo un año y medio.
El edificio presenta goteras en el aula de la Escola Matinera, en el comedor y en la junta de dilatación. En algunas aulas la humedad ha invadido los muros; en otras, cuando llueve, el agua entra por debajo de la puerta. «Los maestros enseñan y pasan la fregona a la vez», relata un trabajador. El equipo docente también lamenta «la poca funcionalidad» del edificio. Los espacios abiertos, que por una parte tiene la ventaja de dar luminosidad al recinto, resultan escasamente prácticos cuando llueve, puesto que favorecen la creación de charcos.
El colegio se estrenó en septiembre de 2008 y el presidente Antich lo inauguró hace un año. El edificio, pero, todavía no ha sido recepcionado. Es decir, la construcción no tiene el visto bueno definitivo del Govern. En este sentido, el director del IBISEC explicó que se ha requerido la constructora porque repare los desperfectos y anunció mejoras destinadas a resolver los defectos del proyecto. El alcalde de Inca, que visitó ayer la escuela, dijo que «es nueva y parece que tiene 20 años».