El presidente del Gobierno y el líder de la oposición, saludándose en La Moncloa. | Efe - SERGIO PEREZ

TW
1

La reunión entre el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, concluyó ayer con un acuerdo para acelerar la fusión de las cajas de ahorro y reformar su legislación, pero no limó sus principales diferencias en torno a la reducción del déficit y la reforma laboral.

Tras más de dos horas y cuarto de entrevista en el Palacio de la Moncloa, ambos comparecieron de forma sucesiva ante los periodistas para presentar el acuerdo sobre las cajas y mostrar su apoyo firme al préstamo a Grecia.
Zapatero insistió en valorar los acuerdos, que suponen cerrar en tres meses una reforma de la ley de cajas y concluir antes del 30 de junio el proceso de fusiones de estas entidades (que afectará a un tercio de las cajas). La futura ley dotará de derechos políticos a las cuotas participativas, valores similares a las acciones que pueden emitir las cajas y cotizar como una vía para reforzar capital.
Para Zapatero, la reestructuración de las cajas será clave para garantizar su solvencia y recuperar la confianza en la economía española. Asimismo, insistió en la fortaleza del sistema financiero y, convencido de que hay «datos sólidos» que indican el inicio del crecimiento económico, se ofreció a suministrar información periódica al Parlamento sobre el cumplimiento de los objetivos de reducción de déficit.
El «qué» y el «cómo»
Según explicó, la principal diferencia con Rajoy en este tema no es el compromiso de situar el déficit en el 3 por ciento en 2013, sino cómo hacerlo, ya que el Gobierno cree que la reducción drástica que propone el PP pondría en riesgo la recuperación económica. «Quien está equivocado es el PP», recalcó Zapatero, que añadió que el desacuerdo sobre la reforma laboral es si hacerla por decreto o con el acuerdo de sindicatos y empresarios. Estimó que no son «discrepancias desgarradoras» e insistió en el valor de los acuerdos alcanzados en «dos grandes temas» (las cajas y Grecia), por lo que calificó la reunión de «útil y positiva» y el resultado de «bastante satisfactorio».
Rajoy, aunque también valoró los pactos, recalcó la necesidad de que el Gobierno ponga ya en marcha un plan «coherente» y «global» que impulse reformas estructurales y permita reducir el déficit público, modificar el mercado laboral y reestructurar el modelo bancario.