Ayer se abrieron las compuertas del Parc Natural para evacuar el agua acumulada. | Elena Ballestero

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Las intensas lluvias que azotaron la isla la semana pasada han pasado factura a la zona húmeda de la Albufera. Muchas de las especies de aves que habitan la zona han perdido gran parte de sus huevos y crías, llegando, dependiendo de la especie, a registrar una desaparición de casi «el cien por cien de la nidada». Maties Rebassa, director del Parc Natural de l'Albufera, asegura que «nunca se había vivido una situación parecida. Estábamos acostumbrados a tener lluvias muy fuertes en septiembre y en octubre pero nunca en mayo».
Este hecho ha perjudicado la reproducción de las especies porque ésta se realiza, precisamente, entre los meses de abril y mayo y las lluvias han arrasado y acabado con los huevos y las crías más pequeñas que estaban depositadas en la zona húmeda de la Albufera. En este sentido, Maties Rebassa explica que las especies que más han sufrido las consecuencias de las inclemencias meteorológicas «han sido las especies que habitan en el centro de la Albufera, la zona con más agua, y que habían colocado y empollaban sus huevos en las zonas más enfangadas».


Reproducción


En cambio, todas aquellas especies que anidaron en los árboles o en la periferia de la Albufera, se han salvado». Entre las especies más perjudicadas destacan el Charrán común, el Avisador y el Chorlitejo. Y es que no en vano, el Parque Natural registró 190 litros de agua en dos días y ha notado un aumento de 60 centímetros en el nivel del agua. «Desde la Albufera estamos intentado volver a la normalidad y para ello, ya hace días que tenemos las compuertas abiertas para que el agua se vaya y poder volver al nivel de agua normal», asevera Rebassa. Pero parece que no todo está perdido.
El director del Parc Natural confía en que «en un máximo de diez días la situación vuelva a la normalidad y las especies puedan volver a reproducirse, pero no se trata de una ciencia exacta y no sabemos cien por cien lo que puede pasar».
Un problema al que creen se pueden enfrentar es que «las nuevas crías no sobrevivan ya que su nacimiento, previsto para finales de junio y principios de julio, coincidirá con la época de sequía donde la comida escasea».