'Kun' Agüero durante el entrenamiento celebrado ayer en el Hamburgo Arena, escenario de la final de la Europa League de esta noche entre el Atlético y el Fulham. | Reuters - PHIL NOBLE

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Hamburgo será el escenario de la primera final de la Liga Europa, un momento decisivo para el Atlético de Madrid que tiene la oportunidad de levantar un título continental 48 años después y que parte con el papel de favorito frente al sorprendente Fulham (20.45 horas, Telecinco).
En una cita marcada por la nube de ceniza volcánica (el equipo español adelantó al lunes su viaje hasta la ciudad alemana, mientras que el conjunto inglés mantuvo sus planes para desplazarse hasta Hamburgo), ambos equipos afrontan 90 minutos definitivos, sin apenas margen de error y con el premio del trofeo para el ganador.
Es un gran desafío para el Atlético. Desde hace catorce años, cuando el equipo festejó el doblete en la campaña 1995-96, el bloque rojiblanco no levanta un trofeo. Ni en España ni en Europa, donde la sequía, incluso, se alarga aún más en el tiempo: 48 años, desde la Recopa de 1962 ante el Fiorentina, al que ganó también en Alemania.
Desde entonces, ha jugado, y perdido, tres finales continentales, en ese mismo torneo en 1963 ante el Tottenham (5-1) y en 1986 frente al Dinamo de Kiev (3-0) y en la Copa de Europa de 1974 ante el Bayern Múnich (1-1 y 4-0), pero sobre todo ha vivido innumerables decepciones en las competiciones internacionales.
Ahora ha recuperado crédito en el continente. Eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones, sin ninguna victoria, la Liga Europa le ha ofrecido un buen escaparate para reivindicarse contra rivales como Galatasaray, Sporting de Lisboa, Valencia y Liverpool, a los que dejó atrás en su camino hacia la final.
Y hoy espera el Fulham, el último obstáculo para el Atlético, que evita posicionarse como favorito en la final, pero que, por muchas cuestiones, plantilla, presupuesto o historia, entre ellas, aparece como el candidato más firme a la victoria en cualquier pronóstico, a pesar de su fama de imprevisible en este curso.
El entrenador Quique Sánchez Flores saldrá con todo. «Los partidos grandes hay que jugarlos a lo grande», ha reiterado el técnico en anteriores ocasiones, por lo que esta noche apostará por su once tipo en la Liga Europa, liderado en ataque por el argentino Sergio 'Kun' Agüero y el uruguayo Diego Forlán.
Son dos futbolistas decisivos para el Atlético. El primero por su calidad, el segundo por su puntería goleadora, demostrada con los dos tantos que valieron la clasificación de su equipo en la ronda anterior ante el Liverpool. Por sus botas pasarán muchas de las opciones de victoria del equipo rojiblanco en el duelo.
También por las de José Antonio Reyes y del portugués Simao Sabrosa, los extremos del conjunto madrileño en la final de Hamburgo, en la que Quique también mantendrá su pareja habitual en el medio centro con Raúl García y el brasileño Paulo Assunçao, en una posición en la que tiene la conocida baja de Tiago Mendes.
Tampoco habrá novedades en defensa, donde el técnico recupera al colombiano Luis Amaranto Perea, que compartirá el centro de la zaga junto a Alvaro Domínguez, y situará al checo Tomas Ujfalusi y Antonio López como laterales, ni en la portería, donde es fijo David de Gea, un seguro para el conjunto rojiblanco.
Enfrente estará el Fulham, que encara la primera final de su historia con las máximas aspiraciones, tras una competición meritoria, en la que eliminó al Juventus de Turín o al propio Hamburgo para encontrarse con el Atlético con dos armas fundamentales: su colectivo y el juego aéreo.
Son dos de los principales rasgos del equipo británico, que no ha alterado sus planes de viaje por la nube de cenizas volcánicas, por lo que viajó ayer en avión hasta Hamburgo y que, resuelto el tema del traslado, si no se suceden nuevos acontecimientos, mantiene las dudas de dos de sus jugadores más preciados: Bobby Zamora y Damien Duff.
El primero, que ha firmado ocho goles esta temporada, trata de salir de una lesión en el tendón de Aquiles, mientras que el segundo, que ha marcado seis tantos este año, tiene dolencias en una pierna. Ambos centran las preocupaciones del técnico Roy Hodgson para la cita contra el Atlético de Madrid.
El técnico, de 62 años y con 34 de experiencia como entrenador, admitió que el goleador inglés Bobby Zamora está asumiendo una dura recuperación para solventar su lesión a tiempo para disputar el partido del miércoles. Si no se recuperan ninguno de los dos, Riise y Nevland serían sus sustitutos como el domingo ante el Arsenal.
Pero éstos no son los únicos jugadores de la plantilla titular empleada por Hodgson en las últimas citas europeas cuya presencia en la final se ve amenazada por una lesión, ya que tanto Paul Konchesky, con problemas en un tobillo, como Brede Hangeland, en la rodilla, arrastran molestias para el choque de esta noche.
Roy Hodgson sí tiene disponibles, en cambio, a Simon Davis y el húngaro Zoltan Gera, que marcaron los dos goles de la histórica victoria en las semifinales de la Liga Europa ante el Hamburgo.