El conseller de Relacions Institucionals, Joan Saura; el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, y el presidente, José Montilla, durante el pleno extraordinario. | Efe

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CiU, PSC, ERC e ICV-EUiA aprobaron ayer en el Parlament catalán una resolución que salvaguarda la precaria unidad catalana en defensa de todo el Estatut y de rechazo de la sentencia del Constitucional, pacto de mínimos avalado por el 87% de la Cámara basado en el preámbulo del Estatut que define Catalunya como nación.

La resolución fue apoyada con 115 votos de CiU, PSC, ERC e ICV-EUiA, y votaron en contra 18 diputados del PPC y Ciutadans.

El pacto fue posible gracias a la iniciativa del presidente de la Generalitat, José Montilla, que acordó la resolución con ERC e ICV para comunicarlo posteriormente e in extremis, dentro del hemiciclo, al líder de CiU, Artur Mas, abierto en todo momento a avalar lo que presentase el tripartito.

El ambiente preelectoral sobrevoló no obstante durante todo el pleno extraordinario, en el que los partidos marcaron perfil pensando en las autonómicas de otoño, y la resolución no fue firmada en el registro por CiU y ERC, que la votaron en la Cámara.

Un ejemplo de la debilidad de la unidad catalana es que la resolución no será presentada, al estar fuera de tiempo, en el Debate del estado de la Nación, en el que los partidos catalanes presentaron por separado sus resoluciones para ser votadas el martes.

Zapatero-Montilla

Al día siguiente, Montilla se reunirá en La Moncloa con Zapatero, cita a la que acude desde la «exigencia, el diálogo y la negociación», con el objetivo de «proponer otras vías para dar cumplimiento al contenido del pacto suscrito» entre las Cortes y el Parlament con el Estatut.

La portavoz del PPC, Dolors Montserrat, negó el derecho del presidente a «reivindicar una España plural mientras no reconozca una Cataluña de todos», y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pide responsabilidades a las formaciones que impulsaron el actual Estatut por el resultado del proceso, y cree que ahora sólo hay dos caminos: «quedarse en el Estado autonómico o ir hacia el abismo».