El éxito de la fiesta se cifra en la diversión de los participantes, ataviados con camisetas y sombreros para la ocasión. | M. Poquet

TW
1

Balas de paja, agua como munición y ganas de fiesta fueron los requisitos indispensables para llevar a cabo uno de los actos más festivos y recientes del programa la Mare de Déu d'Agost del pueblo de Sencelles: el Embala't.

Cerca de un millar de sencellers celebraron ayer la cuarta edición de la fiesta, que empezó a las 12 de la mañana con la concentración de los participantes para escuchar el pregón del acto. Después, se inició el pasacalles por el centro de la localidad y la típica excursión en mobylette para preparar las dos balas de paja, protagonistas de la jornada.

A mediodía, tuvo lugar en la Plaça Nova la comida de hermandad entre los participantes que continuó con el menú por excelencia de los últimos años: un buen plato de fideus de roter para coger fuerzas para la lúdica tarde de lucha.

Traslado

A partir de las 17 horas, con el sonido de la música de los xeremiers, una procesión de improvisados garbejadors trasladaron las balas de paja desde las afueras del pueblo, en el Pou Major, hasta la Plaça Nova, que fue escenario de la batalla.

Un carro con una mula ayudó a los jóvenes con la tarea de transportar las dos balas. La primera iba conducida por la fuerza de las mujeres mientras que la segunda era perteneciente a los hombres. Los más intrépidos de atrevieron a subir encima de la bala aunque se registró alguna caída sin importancia.

Así, entre la paja procedente del campo senceller y el agua como elemento indispensable para aliviar el calor de una tarde de agosto empezó la lucha entre los asistentes más valientes que no dudaron en participar de la fiesta hasta bien entrada la tarde.

A pesar de que los actos de Embala't nacieron hace cuatro años, tienen un gran éxito de participación entre los vecinos de la localidad en el marco de las fiestas patronales, que se alargarán hasta el próximo domingo, día de la Mare de Déu d'Agost.