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Los miembros de la asamblea general de socios de la Caja Rural de Baleares votarán mañana, jueves, si quieren o no que su entidad se fusione con Cajamar.

La caja balear ha afirmado que esta fusión es la «mejor alternativa de presente y futuro para ambas entidades» y ha asegurado que los beneficios de los socios son «claros» puesto que tendrán los mismos derechos que los de Cajamar, según ha informado hoy mediante un comunicado.

Entre los beneficios que cita la entidad, figura que con la fusión pasará a formar parte de un grupo con «29.000 millones de activos, cinco mil empleados y mil oficinas» por toda España, como es Cajamar, y podrán acceder a operaciones y segmentos de mercado que «actualmente no puede alcanzar».

La asamblea general de socios de la caja balear decidirá mañana, en la votación que se llevará a cabo en el Teatro Escenic de Campos, el futuro de la caja y, si el resultado es positivo, la entidad se convertirá en «la primera caja rural de todo el Estado».

"Una barbaridad"

Por el contrario, el portavoz del Grupo Caja Rural, José Antonio Cebrián, dijo hoy que la eventual salida de la Caja Rural de Baleares del conglomerado y su fusión con Cajamar implicará la desaparición de la entidad rural, lo que supondrá «una barbaridad» para los intereses locales de las islas.

En declaraciones a EFE, Cebrián explicó además que la Asamblea que mañana debe aprobar la operación se ha convocado con «nocturnidad», lejos de la capital y en un local con capacidad para apenas 300 personas que difícilmente puede acoger a los más de 14.000 socios de la entidad balear.

Otras fuentes del sector han mostrado también su desacuerdo con los términos de la fusión, de la que saldrían perjudicados la inmensa mayoría de los socios de Caja Rural de Baleares.

Estas fuentes indicaron que los modelos de negocio son completamente distintos y que Cajamar ha mostrado siempre unas aspiraciones más cercanas a las de una caja tradicional o incluso un banco.