Los jugadores de la selección española de fútbol se ejercitan durante el entrenamiento del equipo realizado ayer en el estadio Rheinpark de Vaduz. | Efe

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Distinguida por la conquista del pasado Mundial, la selección española inicia en Vaduz ante Liechtenstein, la defensa de la corona continental lograda en Suiza y Austria 2008, que supuso el primer gran éxito en la era moderna de la «Roja», apuntillado por la victoria en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.

Los hombres del seleccionador Vicente del Bosque afrontan su primer partido oficial como campeones del Mundo. Nunca antes la selección española había iniciado un periplo con el prestigio tan elevado y el respeto ganado. Encuadrada en el Grupo I de la fase de clasificación, que completan la República Checa, Lituania y Escocia, el cuadro de Vicente del Bosque echa a andar obligado a ganar y a cubrir las expectativas exigidas por la reputación adquirida. Son las exigencias del nuevo orden que ha establecido los éxitos de España.

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Liechtenstein es la primera estación competitiva después de la conquista en Sudáfrica y un rival menor, inferior, al que siempre ha ganado y con el que nunca ha encajado gol alguno.

Vicente del Bosque ha tirado de los hombres que le llevaron al triunfo en Sudáfrica 2010 para iniciar el camino de la Eurocopa. Distanciado del exceso de confianza y con todo el trayecto por recorrer, mantendrá el bloque que ha llevado al éxito al combinado. Salvo la baja de Puyol, que ha sido sustituido por Monreal, todos están disponibles pese a las molestias que arrastran Xavi, Torres e Iniesta.

Los cambios pueden llegar para el próximo compromiso, el amistoso del martes, contra Argentina, hacia donde partirán el sábado tras realizar un entrenamiento en Zúrich.