Varias mujeres con pancartas, en Guardo (Palencia). | Efe

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Más de 3.000 personas se manifestaron ayer en Guardo (Palencia) en apoyo a los mineros encerrados en la mina Las Cuevas, muy próxima a la localidad, y para pedir al Gobierno y a la Unión Europa una solución que garantice el futuro del sector.

El acto se inició con la intervención del alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, que defendió la iniciativa tomada por los 52 mineros de encerrarse bajo tierra «porque no tienen otra salida».

Idas y venidas

Blanco culpó de la situación a «las idas y venidas de Europa», así como a «la demora en aplicar las medidas de apoyo».
El momento más emotivo, sin embargo, fue cuando Jaqueline Liébana, esposa de uno de los mineros encerrados, procedió a la lectura de un comunicado escrito por los propios mineros. «Queremos que nuestros hijos se sientan orgullosos de la defensa que sus padres hicieron de sus puestos de trabajo y de las cuencas mineras», manifestó.

Pese a permanecer encerrados a más de 500 metros de profundidad, son conscientes de haber «encendido la llama de las protestas del resto de compañeros» y reivindicaron una vez más que «las cuencas mineras necesitan empresas para fijar población y no perder lo poco que existe».

Tras un fin de semana de tregua, los mineros leoneses continuarán con sus movilizaciones hoy, con dos acampadas delante de las sedes de las oficinas de los empresarios Manuel Lamelas Vitoria y Victorino Alonso, que llevan dos meses sin pagar las nóminas de sus empleados.