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El mundo de la cultura está siendo el último reducto de los dos bandos con tesis encontradas sobre el futuro de los toros en Cataluña.
Después de mil argumentos y gestiones de todo tipo, desde la recogida de firmas en la calle para llegar al más alto compromiso administrativo por ahora que va a ser la tramitación o no en el Parlament, el próximo viernes, de la ILP (Iniciativa Legislativa Popular), todavía, protaurinos y antitaurinos han diseñado por separado su último asalto a través de la cultura.

Las iniciativas de unos tratan de frenarlas los otros prácticamente en el mismo frente. El ejemplo llega de Francia, con la petición del Observatorio de Culturas Taurinas a los diputados catalanes para que tengan en cuenta que el toreo es «un espectáculo con afluencia masiva y una de las manifestaciones de catalanidad más importantes». Esto además de que la Asociación Francesa de Ciudades Taurinas hace gestiones para que la tauromaquia sea inscrita en el patrimonio inmaterial de la Unesco.

Pero no han tardado en reaccionar los «anti» galos, encuadrados en el llamado Comité Radicalmente Anti Corrida (CRAC), pidiendo a los mismos diputados catalanes que aprueben la ILP, que «ayudaría a crecer la movilización en Francia» para tratar de desterrar «la Fiesta» también en su país.

Aunque lo último se cuece en España, y más concretamente en Barcelona, con el «Manifiesto por la Libertad» suscrito por personas de todos los ámbitos de la sociedad catalana, curiosamente incluidos varios antitaurinos, pero que se posicionan «por la tolerancia y la libertad». Y esto sí que podría considerarse un golpe de efecto.

Entre los más de doscientos firmantes destacan el pintor Miquel Barceló, la periodista Mercedes Milá, el poeta y académico Pere Gimferrer, el dramaturgo Calixto Brieito, los actores Josep María Pou y Enric Majó, el cantante Kiko Veneno y el catedrático Francesc de Carreras Serra. La relación de escritores incluye, entre otros, a Joan Barril, Ramón de España, Joan de Sagarra y Félix de Azúa.

El documento reivindica a Barcelona como «ciudad libre, casa de hombres y mujeres libres, plaza de la tolerancia, del dialogo, del civismo, espacio para expresar libremente la diferencia y en el que quien respeta es respetado».