El investigador histórico Pere Galiana. | Teresa Ayuga

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Las cuevas del Castell de Bellver pudieron haber sido construidas por «estrategia militar», en tiempos de Jaume II, para facilitar la escapatoria a los habitantes del castillo en caso de, por ejemplo, sufrir un asedio. Esta es la hipótesis que lanza el investigador histórico Pere Galiana Veiret en un libro de reciente publicación.
Les coves de Bellver, editado por Cort en la colección Castell de Bellver, es el primer libro dedicado íntegramente a estas dos grandes cavidades que aún encierran muchos misterios, como su conexión física con el castillo. Aunque, de momento, ésta no se ha encontrado, hace unas semanas comenzó a buscarse mediante unas catas arqueológicas en un pasadizo que se había descubierto accidentalmente en una de las habitaciones que dan al patio. Eso por lo que se refiere a la conexión desde el castillo.
En la cueva de abajo, como se documenta incluso gráficamente en el libro, existe una zona en la que lo que parece una roca son en realidad «escombros que se han consolidado» y que sólo pueden estar ahí porque fueron «tirados desde arriba». Sobre ellos, añade Galiana, «se observa una especie de ribete que podría ser un agujero, pero eso hay que investigarlo». Este 'posible' agujero podría ser la conexión desde las cuevas.
Respecto a la época de Jaume II, Galiana comenta que en los castillos y fortificaciones militares era habitual «que tuvieran una salida de emergencia, que se denomina poterna». Siendo Bellver el castillo de verano del rey, «no es extraño que hubiera planificado una poterna». Además, antes de construir el castillo palmesano, Jaume II «había tenido que huir por el alcantarillado del palacio de Perpignan». Las cuevas, que «podían albergar una pequeña guarnición que acompañara al rey», permitían la escapada por el bosque de Bellver hasta el mar. Quien saliera huyendo del castillo amparándose en la vegetación podía llegar, por el torrente de Mal Pas, hasta Can Barbarà, en el puerto medieval.
El libro que nos ocupa es el resultado de 15 años de recogida de datos sobre un tema que apasiona a Galiana y por el que se interesó cuando fue nombrado jefe de Gobierno Interior del Ajuntament de Palma y las cuevas del castillo formaban parte de su departamento porque se utilizaban como almacén.