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«Yo no he hecho daño a nadie en mi vida, me encontré a Juana María ya muerta. No la he matado yo». José Juan Puchal Pérez, el presunto asesino de Camp Redó, negó ante la policía, nada más ser arrestado en Sant Llorenç, ser el autor material del crimen. Sin embargo, la autopsia desmonta su hipótesis y el Grupo de Homicidios tiene numerosas pruebas contra él.

El vecino de la calle San José de la Montaña cometió supuestamente el crimen bastantes horas antes de que fuera encontrado el cadáver, a las nueve de la noche del jueves. Por ese motivo, tuvo tiempo suficiente para escapar de su casa, con una maleta con algo de ropa. No conducía ni tenía coche, y parece ser que se dirigió en autobús al Pont d'Inca, donde una patrulla de la Guardia Civil receló de él.

Sin embargo, la descoordinación policial impidió que la patrulla supiera que José Juan Puchal, el hombre que acababan de identificar, era el fugitivo más buscado. Así pues, lo dejaron marchar y poco después, cuando por fin el CNP, la Guardia Civil y las policías locales comenzaron a colaborar, se supo que era el presunto asesino.

Su siguiente parada fue Porto Cristo, donde fue visto deambulando con su maleta. Sin embargo, en esa ocasión los agentes tampoco habían sido requeridos oficialmente para colaborar en la búsqueda y de nuevo José Juan pudo escapar. Llegó a Sant Llorenç, donde había tenido una caseta de campo, por lo que conocía el municipio. Un agente de la Policía Local de Sant Llorenç, que estaba fuera de servicio, reparó a las nueve de la noche en un varón que caminaba por la carretera, junto a la cuneta. La descripción física coincidía plenamente con la del presunto asesino de Camp Redó, por lo que el funcionario adoptó la medidas de precaución necesarias para evitar sobresaltos inesperados. José Juan, sin embargo, se mostró muy pacífico y no opuso resistencia. Confirmó que se trataba del vecino de la calle San José de la Montaña, en Palma, y de forma espontánea negó que fuera el autor del crimen. Añadió que él nunca había hecho daño a nadie y que se encontró el cuerpo de su compañera sentimental ya sin vida, en la casa que ambos compartían junto a Corea.

El acusado fue trasladado al cuartel de la Policía Local de Sant Llorenç, donde inicialmente debía ser recogido por la Benemérita, para su posterior entrega al CNP. Sin embargo, el Grupo de Homicidios se hizo cargo directamente de él y lo bajaron a la Jefatura de la calle Ruiz de Alda, en Palma. Antes, con todo, fue examinado por un médico en un centro de sa Coma.

Ayer seguía recluido en los calabozos, a la espera de pasar mañana a disposición judicial en los juzgados de Manacor. No está muy claro si, en caso de que se decrete su ingreso en prisión, entrará en la cárcel o en el psiquiátrico. El acusado padece un cierto grado de disminución psíquica que, no obstante, no le impedía trabajar en una gran superficie comercial de Palma.

El examen forense será determinante para concretar el estado mental de José Juan Puchal. Sus vecinos de Corea siguen conmocionados por el brutal asesinato. A Juana María, que tenía 45 años, le cortaron la yugular y le arrancaron los pechos. El asesino intentó introducir su cuerpo en varias bolsas de plástico y el escenario del crimen apareció completamente ensangrentado y lleno de mantas y sábanas ensangrentadas.