Marcos Martín, Nando Pons y Gregorio Manzano, en una imagen captada en la Ciudad Deportiva. | T. MONSERRAT

TW
1

El escándalo de la trama inmobiliaria de Nando Pons y Marcos Martín destapada ayer por Ultima Hora provocó un movimiento sísmico de proporciones siderales en el seno del mallorquinismo. Un tsunami que azotó desde la planta noble de Son Moix hasta las catacumbas de Son Bibiloni y que ha puesto sobre la mesa la continuidad en el Real Mallorca del director deportivo y del responsable de la cantera. De hecho, algunos consejeros del club consultados ayer por esta redacción, dijeron que tanto Nando Pons como Marcos Martín deberían dimitir de inmediato por una cuestión de «decencia». Otros, en cambio, se muestra más optimistas y esperan que tanto el director deportivo como su subordinado, y socio, abandonen la entidad antes de que se celebre la próxima reunión del consejo de administración, convocada ayer por Mateu Alemany para el próximo jueves...

El 'caso Varela' puede tener consecuencias inmediatas para sus actores principales. El vicepresidente José Miguel García -segundo máximo accionista de la entidad- solicitará la dimisión «irrevocable» de Nando Pons y Marcos Martín en la próxima reunión del consejo de administración, que se celebrará el jueves por la tarde. Miquel Vaquer, por su parte, valoró de «antiética, ilógica e injusta» la actuación de los empleados de la sociedad.

Indignación

La facción más notable del consejo se mostró indignada por la información desvelada ayer por este diario, según la cual la empresa Mallorca Klepe SL., una sociedad formada por nueve socios entre los que se encontraban -la sociedad fue extinguida- el director deportivo y el máximo responsable del fútbol base, adquirió unos terrenos en Gènova sobre los que edificó una viviendo que posteriormente fue vendida al futbolista sevillano Fernando Varela... que posteriormente firmó una renovación millonaria.

El clamor contra la operación resultó unánime. Personalidades con peso específico dentro del mallorquinismo, como el ex presidente Miquel Contestí, y una facción numerosa de la hinchada, representada por los peñistas, arrojaron chatarra contra la actuación de Pons y Marcos. Incluso algunos no dudaron en promover una pitada contra ambos antes del encuentro que el equipo isleño disputará mañana, en Son Moix, ante el Villarreal.

Pero donde los efectos de la bomba resultaron demoledores fue en el consejo de administración. Miquel Vaquer, que ha aportado de su bolsillo unos 3 millones de euros a la entidad, y José Miguel García, con 1 millón de euros, se sienten «engañados» por los negocios inmobiliarios de Nando Pons y Marcos Martín, que van más allá del caso Varela ya que son socios en diversas sociedades.

García, que optó por la prudencia a la hora de valorar la información, solicitará más información sobre esta noticia en el transcurso del próximo consejo de administración. También Vaquer mostró su enfado por lo que considera un acto «sin ninguna ética que hace un daño considerable a la entidad».