La muestra hace un recorrido por la obra del artista.

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Bajo el título 'Miquel Barceló. 1983-2009. La solitude organisative', CaixaForum Madrid repasa el grueso de la trayectoria de artista mallorquín desde las grandes telas creadas en 1983 hasta sus trabajos más recientes, sin olvidar algunos objetos experimentales, en un intento de mostrar al espectador el universo tangible e ideológico del artista.

Comisariada por Catherine Lampert, la muestra exhibe 180 piezas entre cerámicas, esculturas, gouaches, acuarelas, dibujos, carteles y libros. Organizada en siete salas, la muestra pretende reflejar la preocupaciones que envuelven la mente de Barceló, uno de los artistas que expresa sus ideas «con más profundidad», según precisó hoy la comisaria Catherine Lampert. Podrá verse en Madrid hasta el 13 de junio de 2010. Posteriormente viajará a CaixaForum Barcelona.

Lampert explicó hoy que esta exposición no es una retrospectiva en el sentido tradicional del término, sino que intenta mostrar el «vínculo» de Barceló con los elementos tangibles, y la materialidad de todos sus cuadros. En este sentido, Barceló ha explicado que su vida «se parece a la superficie de sus cuadros».

Entender la experiencia creativa de Miquel Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957), que aúna misterio, diversidad y provocación, es la razón de ser de esta exposición.

El peso y el privilegio de ser artista


En cuanto al título de la muestra 'La solitude organisative', remite a uno de los últimos cuadros del artista, donde aparece un retrato de un gorila, sentado en un rincón. Según Lampert este gorila es un autorretrato de Barceló, que expresa la manera en la que Barceló ha sobrellevado el peso y el privilegio de acarrear una gran reputación, y a su vez, muestra las distancias que se establecen entre el hombre actual y la naturaleza.

En este sentido, Lampert indicó que Barceló es un pintor «subestimado» en la actualidad, que ha sabido «recuperar» el poder inicial del arte y una persona «solitaria que siempre mira hacia delante» en busca de la continua evolución de sus trabajos. «Y por eso quizá no esté aquí hoy en esta presentación», alegó Lampert.

No obstante, para esta exposición, Miquel Barceló ha cedido la escultura monumental Gran Elefant dret' que recibe a los visitantes en el exterior del CaixaForum. La obra, de bronce fundido y de siete metros de altura, se enmarca en la actividad reciente del artista, y en su trabajo de esculturas y pinturas de mamíferos corpulentos que se convierten en suplantaciones de su persona.

La vida en Mallorca

El recorrido de la muestra comienza con sus primeros cuadros, donde, influenciado por la vida acuática y marina mallorquina, es capaz de representar el terror y la belleza del mar. Ejemplo claro de esta etapa es su lienzo 'El amor loco' (1981) lleno de azules y colores vivos como metáfora del mundo subacuático.


En la década siguiente, Barceló empezará a mezclar materiales haciendo «cuadros tridimensionales» de manera intuitiva. Según explicó Catherine Lampert, el artista mallorquín trabajaba, en su primera época, en el suelo, como si fuera un agricultor, y trataba las capas de pintura como si fueran los materiales de la tierra.

El público también descubrirá en la exposición los viajes, físicos y mentales, y a través del espacio y el tiempo, de Barceló, un artista que a menudo ha sido catalogado con la etiqueta de nómada. En su juventud se instaló en París, pero vivía varios meses al año, por temporadas, en Mallorca y Mali.

En la muestra también se exponen cuadernos de bocetos y obras que remiten a sus experiencias en Nápoles, en los Alpes, en Nueva York o, recientemente, en el Himalaya.