La restauradora Raquel Garduño, en la Capella de ses Ànimes. | Teresa Ayuga

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La iglesia de Santa Eulàlia, que mañana viernes estrena iluminación, ha recuperado una pieza de su patrimonio datada en los siglos XIV-XV que estuvo durante una veintena de años guardada en un almacén. Se trata de un sarcófago de estilo gótico que quedó parcialmente destruido durante un incendio, en 1971, y que ahora ha sido restaurado gracias a una subvención del Consell. El conjunto ha vuelto a su lugar original, la Capella de ses Animes del templo palmesano.
Antoni Alzamora, párroco de Santa Eulàlia, explica que, tras la restauración, desde el obispado le comunicaron que el sarcófago iría al Museu Diocesà al menos que la parroquia quisiera recuperarlo. «Lo consulté con los feligreses y la respuesta fue que retornara ya que era patrimonio de esta iglesia». En la citada capilla comparte espacio con una pintura sobre tabla también gótica que representa la Dormición de la Virgen. Sobre a quién pudo albergar este sarcófago, Alzamora explica que «me han dicho que fue el primer párroco de Santa Eulàlia».
Raquel Garduño, autora de la restauración, comenta que «haber recuperado una pieza que se daba por perdida es una buena noticia porque, además, abre vías de estudio».
Se trata de una obra «de gran calidad» realizada por alguien con «mucha destreza» y responde a una moda del gótico en la que el difunto, que en este caso debía ser de clase alta, se mostraba acompañado por atributos como el perro tallado a sus pies, símbolo de fidelidad, o los leones de las ménsulas que sujetan esta urna de piedra de Santanyí, símbolo de fuerza en la resurrección. En su día, estuvo policromado: «Entre los restos de polvo y humo encontré pintura quemada», dice Garduño. Recomponer este conjunto ha sido como «hacer un puzzle» ya tuvo que tuvo ir uniendo los trozos. «Se conservaron casi todos» y aquellos que faltaban los reintegró con mortero de cal. Además restauró un escudo y una inscripción que el fuego de 1971 también tiró de la pared.