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El fútbol cada vez más eficaz y reconocible del Real Madrid de Manuel Pellegrini pasa hoy (20.45, TVE1) una reválida crucial frente a un irregular Lyon en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, una competición en la que los franceses nunca han perdido contra los madrileños.
El encuentro puede resumirse en un choque entre dos trenes que buscan su identidad y, mientras, encadenan buenos resultados.
El Lyon parte con la victoria moral de haber ganado a los españoles en las dos veces que los han recibido en su estadio. Pero esos partidos se disputaron en otros tiempos, cuando el Lyon era un equipo que buscaba la grandeza que nunca tuvo y el Madrid en recuperar la de otros años.
El contexto es ahora diferente, los lioneses han perdido buena parte de su estilo y el Real Madrid parece encontrar la vía que buscaba.
Medio año después de haber tomado las riendas del conjunto madrileño, el técnico chileno parece haber dado con la fórmula de juego que le conviene y, aunque la vistosidad aparece por el momento a chispazos puntuales, el equipo sigue una vía muy concreta.
Cuatro victorias consecutivas, las dos últimas con tres goles a favor y ninguno en contra, hablan bien de la solidez que se construye entorno a un Madrid que parece cada día más inviolable en defensa y que cuenta con los golpes de genio de sus estrellas en ataque.
Poco cambiará Pellegrini de un equipo que funciona. Con respecto a la victoria frente al Xerez la única modificación parece ser la entrada de Albiol en sustitución de Garay, mientras que la entrada de Benzema en el once inicial parece poco probable, al estar insuficientemente recuperado de la lesión que a punto estuvo de apartarle de la lista de convocados.
Eufórico por haber logrado, al fin, recortar la ventaja con el Barcelona, que ahora es de dos puntos, el Madrid tiene que confirmar su buen momento en un estadio en el que siempre ha salido malherido.
Perdió en dos ocasiones en la primera fase de la Liga de Campeones, en 2005 y 2006, y lo hizo siempre con estrépito (3-0 y 2-0), sin que el Bernabéu sirviera como remedio, porque en casa nunca pasó del empate contra el Lyon (1-1 y 2-2).
Un balance muy negativo que se saldó sin graves consecuencias para los madrileños, porque en ambos casos lograron pasar a octavos de final.
Ahora la cosa cambia, porque el duelo es a vida o muerte y el Madrid, en esas lides, tiene más experiencia, aunque es cierto que los lioneses saben lo que es superar los octavos de final hace menos tiempo.