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El presidente de EEUU, Barack Obama, cerró ayer su campaña pública en favor de la reforma sanitaria con un mitin en el que pidió, de nuevo, el apoyo popular a la medida antes de un fin de semana en el que tendrá lugar «un voto histórico».
Obama compareció en la Universidad George Mason en Fairfax (Virginia), para su cuarto mitin en diez días en favor de la medida, su principal prioridad legislativa y a cuya aprobación se ha jugado su capital político.
«En unos pocos días, una lucha que ha durado un siglo culminará en un voto histórico», declaró el presidente en alusión a la consulta en la Cámara de Representantes que se espera para mañana domingo.
Un siglo de lucha
El Congreso votará mañana sobre la reforma y dejará resuelto si la medida sale finalmente adelante, tras un año de negociaciones, debates y votaciones, o si queda aparcada durante el futuro previsible.
El resultado de esa votación es aún incierto, por cuanto la mayoría demócrata reconoce que todavía no cuenta con los 216 votos en esa cámara necesarios para aprobar la medida. No obstante, en los últimos días varios congresistas que hasta ahora habían expresado su oposición se han pronunciado en favor de la reforma, lo que ha suscitado el optimismo entre los dirigentes demócratas y la Casa Blanca. La Cámara tiene previsto realizar dos votaciones el domingo. Además de votar la reforma sanitaria, someterá a votación un segundo proyecto de ley que introduce una serie de enmiendas para satisfacer a los congresistas renuentes. Esa segunda propuesta, -a diferencia de la primera que se trasladará directamente a Obama para su firma- requerirá el visto bueno del Senado, en una votación que podría tener lugar a lo largo de la semana próxima. En la Cámara Alta los líderes demócratas tienen la intención de someterlo al procedimiento conocido como «reconciliación», reservado en general para medidas presupuestarias y que permite aprobar el proyecto de ley por mayoría simple, 51 votos, en vez de los sesenta que harían falta por el procedimiento ordinario. La reforma sanitaria busca dar cobertura a cerca de 30 millones de estadounidenses que en la actualidad carecen de seguro médico.