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El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, ofició ayer en la Seu de Palma la misa funeral en memoria de las víctimas del accidente aéreo del avión presidencial de Polonia, que tuvo lugar el pasado sábado y en el que fallecieron el presidente polaco, Lech Kaczynski, junto con otras 131 personas.
Cerca de 400 personas asistieron a la misa, organizada por el Consulado de Polonia en Balears, entre ellas una amplia representación de la comunidad polaca residente en la Isla (compuesta por unas 4.000 personas), representantes consulares y las principales autoridades de las Islas. Los asistentes pudieron firmar en un libro de condolencias abierto en la puerta de la Catadral.
«Fraternidad»
El prelado recordó en su homilía que el presidente polaco, su esposa, miembros de su gabinete y la práctica totalidad de la cúpula militar murieron en el intento de aterrizaje en la ciudad rusa de Smolenks cuando acudían a rendir homenaje a las víctimas de la «matanza de Katyn».
El obispo, que detalló que uno de los fallecidos en el accidente del sábado era un sacerdote que tenía previsto viajar en breve a Mallorca, pidió a los presentes que hicieran patente su «fraternidad» con «la comunidad polaca en Mallorca».
A mediodía, el Ajuntament de Palma celebró un minuto de silencio para mostrar su pésame por la muerte del presidente de Polonia. Al acto asistió la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, miembros del Consistorio y representantes del Govern y del Consell.