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Las escuchas judiciales del caso Voltor apuntan a que, tal y como denunció el PSM, el imputado Antoni Oliver, ha ejercido de regidor «en la sombra» en el Ajuntament de Pollença después de que Tomeu Cifre (PSM) fuera destituido y expulsado del equipo de gobierno el pasado octubre tras saltar la barrera de la finca de Ternelles durante una manifestación.
Así lo afirma el propio Antoni Oliver en una conversación mantenida con un funcionario del área de Cultura el 5 de noviembre de 2009 en la que dice textualmente: «...te explico un poco, bueno no sé realmente que está pasando con esto de Cultura, hay diferentes posibilidades, que me cojan a mí, por ejemplo, y lo lleve yo, bueno al final lo llevaré yo, para que nos entendamos por detrás». «Juan me ha dicho esto, Juan no me ha dicho ningún nombre pero me ha dicho que Toni encima, por detrás», responde el funcionario.
Conversaciones
Tras la conversación y a partir de esa fecha se cuentan hasta cuatro escuchas más en las que se evidencian gestiones de Oliver dentro del área municipal de Cultura referentes a la contratación de una exposición para este verano en el claustro de Sant Domingo, otra referente al Ramon Llull, una tercera en la que Oliver dice textualmente «el viernes no estaré aquí, estoy en Pollença porque tengo trabajo por cosas de Cultura de allí» y una cuarta que detalla el nombre de las personas relacionadas con el festival de Pollença que asistieron a una reunión del patronato celebrada el 15 de enero y en la que Oliver se refiere a sí mismo como «asesor de Joan Cerdà (alcalde de Pollença)».
El alcalde de Pollença, Joan Cerdà, admitió ayer que tras la destitución de Bartomeu Cifre (PSM) como regidor de Cultura, Oliver le ha estado asesorando pero solo «en cuestiones puntuales, como amigo y persona conocedora del área, sin cobrar en absoluto por ello».
Cerdà explicó que en un primer momento se planteó la posibilidad de que uno de los regidores de UM dimitiera para que Oliver ocupara el cargo de regidor pero el acuerdo no llegó a cerrarse.