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La tercera sesión del juicio contra el padre de una niña de Can Picafort por abusar de ella desde que era apenas un bebé casi termina a golpes. A la salida de la vista, el acusado y su hermano estuvieron a punto de llegar a las manos y tuvieron que intervenir otros familiares y finalmente la policía para evitar mayores altercados. Ambos ya habían protagonizado momentos de tensión en las otras dos sesiones del juicio.
Dentro de la sala, el juicio ha quedado ya sólo pendiente de que el viernes las partes presenten sus conclusiones. En la sesión de ayer, el forense que examinó a la menor dijo que era «imposible» que hubiera sido violada y las psicólogas del Consell respaldaron que la niña había sufrido abusos sexuales por parte de su padre. El forense examinó a la niña unos días después de que su abuela acudiera a un pediatra con la menor y se descubrieran los abusos.
De forma taxativa afirmó que no había ningún signo de violencia sexual en la menor, si bien dejó abierta la puerta, a preguntas del presidente de la Sala, a que pudiera haber sido forzada con un dedo. El letrado de la defensa, Jaime Campaner, aprovechó la declaración de la psicóloga que examinó a la menor para preguntarle por qué ella afirmaba que la menor no había sido forzada con un dedo, algo en lo que esta perito volvió a insistir.
Peritos enfrentados
Las tres psicólogas del Consell que han tratado a la menor insistieron en la veracidad de la versión de la niña y que presentaba signos claros de haber padecido malos tratos y abusos. De hecho, una de ellas afirmó que: «En pocos casos se muestran con una intensidad como en éste». El juicio queda ya sólo pendiente de las conclusiones de las partes. En principio, la Fiscalía, que solicita 14 años de prisión para el acusado por abusos y maltrato y uno para su mujer por malos tratos, modificará su petición para acercarla a los 11 y 2 años de prisión que solicita la acusación particular.