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Tres sospechosos y ningún detenido. La Policía Judicial de las Guardia Civil está llevando con el más absoluto de los hermetismos la investigación sobre el crimen de Muro. No quieren que ninguna pista que trascienda pueda estropear la investigación, que se antoja larga y compleja.

Uno de los datos clave de la investigación es aclarar dónde el asesino -o asesina- compró la gasolina con la que prendió fuego al Audi A4, con la joven ya muerta en el maletero. Por este motivo, durante todo el día de ayer los investigadores visitaron numerosas gasolineras de Can Picafort, Muro y alrededores en busca de los vídeos de seguridad del día anterior.

Visionado

Los agentes están revisando las cintas para comprobar quién compró una garrafa en unas horas determinadas. Al cierre de esta edición no se habían practicado detenciones, pero la investigación contemplaba al menos tres hipótesis.

El móvil más barajado apunta a un crimen con tintes pasionales, pero los investigadores creen que aún es pronto para decantarse por un motivo.

Ayer, en la urbanización de Las Palmeras (Llucmajor), sólo había un tema de conversación: la muerte de la joven. Manolo Hernández, vecino de la víctima, contó que «el lunes Aurelio me pidió si sabía algo de ella. Estaba muy nervioso porque había desaparecido, con su coche. «¿A qué hora has salido de trabajar?», me preguntó. Hoy (por ayer) lo he visto en el periódico y me he quedado de piedra».

Ana María, otra residente en el edificio Los Jardines 2, se mostró muy afectada: «Era muy maja, una buena chica. Llevaba en esta finca varios años y no se metía con nadie. Saludaba correctamente y era muy educada».

La autopsia, que fue practicada ayer, confirmó que la muerte fue violenta. También se está investigando la versión de un conductor que asegura que vio un Audi A4 como el que conducía Ana Niculai dando bandazos por la autopista, el lunes.