Los seis trabajadores manifestándose ayer ante las puertas del Consistorio. | Mercedes Azagra

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Los visitantes y turistas que ayer se acercaron hasta Alcúdia fueron testigo de las reivindicaciones de un grupo de ex trabajadores de la Empresa Municipal de Serveis d'Alcúdia (EMSA) que se manifestaron ante el Ajuntament. «Es nuestra manera de protestar ante la injusticia», aseguran. Los seis trabajadores sostienen que «han sido despedidos de manera improcedente por el Consistorio» tras siete años trabajando en EMSA.

«Cada año al llegar el mes de agosto nos hacían un contrato por varios meses pero este año no ha sido así. Cuando llegó el día de comenzar nos comunicaron que no habíamos sido seleccionados, pero al hacer más de tres años que trabajamos somos empleados fijos discontinuos y esto no es legal», afirma Fernando Sainz, uno de los seis trabajadores y añade que «no queremos indemnizaciones, sólo nuestro trabajo y creemos que todo se debe a problemas personales entre el alcalde del municipio, Miquel Llompart, y uno de los trabajadores».

El Consistorio alcudienc asevera que detrás de la no contratación de los seis trabajadores «no se esconde ninguna intencionalidad». Según Domingo Bonnín, presidente de EMSA, «desde hace varios años el Ajuntament está adherido al programa de subvenciones del SOIB y la selección y contratación del personal de EMSA la realizamos a través del departamento de la Conselleria de Treball».

Selección

«Para seleccionar los trabajadores se tiene en cuenta un barómetro de méritos, como por ejemplo, si tienen hijos a su cargos o si están en paro y pese a que cada año entraban las mismas personas a trabajar a EMSA, debido a la crisis, hay individuos que están en una situación peor y, por lo tanto, disponen de más puntos para acceder al trabajo», explica Bonnín.

Pere Malondra, primer teniente de alcalde lamenta la situación de los seis trabajadores, pero confiesa que el Ajuntament «no puede hacer nada al respecto». «Debemos respetar los criterios de selección del SOIB porque si no lo hacemos nos quedaremos sin subvención, pero doy fe de que el procedimiento ha sido correcto y pulcro», sostiene Pere Malondra.