Víctimas de las inundaciones abandonan la localidad de Shah Jamai, en la provincia de Punjab. | Efe

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El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, lanzó ayer una petición de unidad a la nación para superar las inundaciones que sufre Pakistán y anunció la cancelación de la mayoría de los actos conmemorativos del día de la independencia, celebrado ayer, por respeto a los afectados.

«Pido a toda la nación que ayude para ayudar a las víctimas de las inundaciones. No hay duda de que esta crisis no puede ser abordada sólo por el Gobierno», dijo Guilani en un discurso televisado a la nación, según la traducción al inglés ofrecida por el canal privado «Express Tv».

Peor que un tsunami

El primer ministro paquistaní recordó que la catástrofe ya ha superado el número de afectados por al tsunami que en 2004 azotó el sureste asiático e instó a la comunidad internacional a proporcionar una asistencia a la altura de las circunstancias.

Las graves inundaciones que sufre Pakistán desde finales de julio, las peores de los últimos 80 años, se han cobrado hasta el momento al menos 1.384 víctimas mortales, afectado a unas 20 millones de personas y destruido 700.000 viviendas, según los datos ofrecidos por el mandatario.

Los organismos humanitarios han avisado de que los damnificados requieren ayudas urgentes, como cobijo, comida o atención sanitaria, aspecto este último fundamental para evitar la propagación de enfermedades como el cólera.

Cólera

Aún no ha habido confirmación de brotes -ayer la ONU creó una falsa alarma con un supuesto caso en el norteño valle de Swat-, pero los socios del grupo de salud están ya tratando todos los casos de diarrea aguda como si fueran cólera «para no perder tiempo», dijo a un portavoz de Naciones Unidas, Maurizio Giuliano.

Las agencias de ayuda humanitaria de Naciones Unidas se enfrentan a una situación crítica en Pakistán, donde todavía seis milliones de personas esperan recibir bienes de primera necesidad tras las inundaciones de hace dos semanas, una de las peores catástrofes de la historia del país. De momento, la principal prioridad consiste en enviar agua potable a los seis millones de desatendidos y contener, en la medida de lo posible, brotes de enfermedades infecciosas.